"Huachicoleo" científico

AutorJohn M. Ackerman

Los recursos para la investigación científica no han sido la excepción. La nueva directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Elena Álvarez-Buyllá, ha denunciado que solamente durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se transfirieron entre 35 y 65 mil millones de pesos a empresas privadas para sus proyectos de "investigación".

Uno de los programas estrella que se utilizó para este fin fue el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI), por medio del cual se canalizaron recursos a más de 500 empresas durante los últimos dos sexenios, entre las cuales se incluyen corporaciones trasnacionales como IBM, Intel, Ford, General Motors, Monsanto, Bayer, Continental, Volkswagen, Sanofi, Nissan, Kimberly Clark e Industrial Minera México.

El propósito de este programa era supuestamente incentivar nuevas investigaciones de punta desde el sector privado en México. Sin embargo, los resultados han sido magros. En general, los recursos fueron utilizados para cubrir proyectos de investigación que estas empresas multi-millonarias hubieran realizado de todas formas con sus propios recursos, pero que fueron subsidiados por el dinero de los impuestos de todos los mexicanos.

Otro programa donde se han encontrado abusos millonarios es el de Fondos Mixtos (Fomix), el cual funcionaba en las 32 entidades federativas, así como en tres municipios, incluyendo la ciudad de Puebla. Estos fondos originalmente tenían la intención de generar sinergias entre los diferentes niveles federativos a favor de la investigación. Sin embargo, la nueva directora general del Conacyt ha denunciado que con el tiempo esos fondos se fueron convirtiendo en "las cajas chicas de los gobernadores" y se echaba mano de sus recursos para "proyectos especiales" que poco o nada tenían que ver con el desarrollo científico o tecnológico del país.

Otro saqueo fue la tendencia a subcon-tratar despachos externos para que realizaran actividades sustantivas del Conacyt. Por ejemplo, las labores de comunicación social fueron encomendadas a una "Agencia Conacyt" que dependía de una empresa de outsourcing. Y muchos dictámenes académicos y financieros, por ejemplo respecto de la calidad y la gestión de las revistas científicas, fueron encomendados a consultores externos. En general, se estima un gasto de unos 363 millones de pesos por año por concepto de outsourcing durante la administración pasada.

Pero los intereses privados y particulares no solamente han recibido cuantiosos...

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