Hunting, USA

AutorFabrizio Mejía Madrid

La historia de la famosa Segunda Enmienda a la Constitución, la que se refiere a qué hacer con las armas y la defensa, tiene dos momentos: la presión de los estados esclavistas sobre el redactor James Madison en 1791 y una decisión de la Suprema Corte en 2008. En esos 200 años se pasó de permitir milicias estatales a un supuesto "derecho individual de portación de armas de asalto". Vale la pena volver sobre esta historia.

En su estancia en París, Thomas Jefferson recibió las objeciones a la sección 8 del artículo primero de la Constitución, vía el redactor Madison, y los artículos de periódico, de Hamilton, por ejemplo. El problema con la redacción inicial era que daba la facultad al Congreso de formar una milicia nacional. Nadie quería establecer un ejército formal para Estados Unidos porque, además de que era una confederación, los Padres Fundadores habían desconfiado desde el principio de una organización que, en tiempos de paz, tenía la tentación de dar golpes de Estado. Esa era la experiencia europea. A esa convicción, el sur esclavista antepuso otro miedo: que la facultad del Congreso de formar una milicia nacional tentara a los esclavos para, cumpliendo con el servicio militar, liberarse de sus contratos en las plantaciones. Hay que recordar que mientras en el resto del continente la esclavitud estaba prohibida, en Estados Unidos se reivindicó como un derecho a la propiedad. Así que, en 1787, la víspera de Navidad, Jeffer-son se sentó en su mesa del Hotel de Langeac en los Campos Elíseos y les pidió a Patsy, de 15, y a Polly, de nueve, que lo dejaran un momento solo. Miró a los dos esclavos que le acompañaban: James y Sally Hemings, los mejor educados de Monticello, su plantación. Madison, él mismo dueño de una plantación llamada Mont-pellier, le había escrito sobre las adecuaciones que pedían los sureños de un nuevo país de 13 estados que nació de una compañía británica (la de las Indias Orientales de 1607) y que se hizo al despojar a los indios de sus tierras, y explotarlas con el trabajo esclavo de los negros traficados desde África. Por esa forma de civilización, se habían formado milicias de los blancos, las slave patrols, que perseguían a los esclavos fugados, revisaban cada mes que no tuvieran armas, y ejecutaban cateos, órdenes, confiscaciones. Esas milicias dieron origen a toda la gama de la violencia de los blancos, desde las policías locales hasta el KKK, pasando por los bandidos, los cowboys, los cazarrecom-pensas; toda...

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