La Iglesia en tiempos de guerra

AutorRodrigo Vera

APATZINGÁN, MICH.- El obispo de Apatzingán, Miguel Patino Velázquez, escucha el zumbido de los helicópteros militares que sobrevuelan su catedral una y otra vez, casi rozando la punta de la torre, luego comenta:

Llevo 33 años al frente de esta diócesis.Ya hasta perdí la cuenta de los operativos del Ejército para combatir al narcotráfico en la región. Este es uno más.

-¿No han dado resultados las incursiones militares? -se le pregunta.

-Los resultados a veces son nulos, a veces son escasos o a veces positivos. Tienen sus más y sus menos, lo mismo que mi misión pastoral. Yo también me pregunto si he cumplido al 100% con mi misión en la diócesis... Mentiría si dijera que sí.

-Todos esos años, ¿cómo ha visto el trasiego de drogas?

-Ha ido evolucionando. En un primer momento se daba solamente la siembra de mariguana. En un segundo comenzó a darse propiamente el narcotráfico. Después vino el fenómeno del consumo. Ahora vivimos un cuarto momento; el del fortalecimiento de las bandas del crimen organizado que se apoderaron de la zona.

Durante más de tres décadas he dado a conocer esta situación a través de mis cartas pastorales. En los ochenta, por ejemplo, empecé a oponerme públicamente al cultivo de la mariguana. En los noventa me pronunciaba contra el narcotráfico. En la primera década de este siglo volví a insistir en ese tema. Y lo sigo haciendo, señalando incluso los excesos cometidos por las autoridades. Jamás he silenciado los hechos.

Patino es un hombre magro, de baja estatura y movimientos ágiles. Su blanca cabellera de largas patillas contrasta con un rostro oscuro quemado por el sol, del que sobresalen unos ojos verdosos que se achispan al describir la deplorable situación de su diócesis:

"Los gobiernos anteriores dejaron crecer el problema del narcotráfico que resquebrajó la convivencia social, al grado que la muerte y la violencia están hoy por todos lados. Ya no se puede transitar de un municipio a otro sin someterse a revisiones, ya sea por carretera asfaltada o por caminos de brecha. Los alimentos y los combustibles llegan a escasear. Y la gente pobre es la más afectada."

A principios de mes envió al Papa Fran-cisco un detallado informe sobre la situación que padece la diócesis. Y en mayo próximo viajará al Vaticano para reunirse personalmente con el pontífice, en la visita Ad limina que cada quinquenio debe hacerle cada obispo.

-¿En su informe le hizo un detallado recuento de la violencia en su diócesis?

-¡Sí, sí¡ ¡Claro! Aunque en realidad el Papa no necesita ningún reporte mío para estar al...

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