Ignacio Retes en su centenario: Gabriel Retes

AutorRoberto Ponce

¿Cámara? ¡Acción!", indica Gabriel Retes a Proceso para comenzar la entrevista en una butaca del Teatro Rodolfo Usugli tras la función de su repuesta Octubre terminó hace mucho tiempo, obra de Pilar Campesino censurada en 1971 por el entonces regente Octavio Sentíes, debido a "su lenguaje, abuso del sexo y uso de la mariguana".

-Su padre, Ignacio Retes, hubiese cumplido cien años el pasado 13 de noviembre. Él se definía a sí mismo como teatrista. ¿Cómo lo definiría usted?

-¡Teatrista! -responde riendo el también director de cine, guionista, productor y actor-, justamente es la palabra que lo define muy bien. Fue uno de los inventores del teatro moderno mexicano, un teatrista en el sentido estricto, cabal. Y con los años, lo más cercano que he conocido de un artista neto, en toda la extensión de la palabra. ¡Artista!, así era Retes Grande. Así le decía mi mamá -Lucila Balzaretti, nacida en Suiza-: Retes Grande. Y a mí me decía Retes Chico".

Apodado Pepín "por mi tío Pepe Revueltas" (el escritor José Revueltas), José Ignacio Gabriel Jorge Retes Balzaretti (Ciudad de México, marzo 25 de 1947) prácticamente nació en los teatros, pues sus padres lo dejaban dormir en los camerinos mientras alguna función se escenificaba:

Me crié en el teatro, porque mi padre inventó los teatros del Seguro Social -hacia 1959-. A él se le ocurrió y le vendió la idea a Benito Coquet de que al lado de cada clínica, o casa del asegurado, debía de haber un teatro.

Teatraliza diálogos y recrea memorias:

'¡Pus órale! A ver, maestro Ignacio Retes, lo nombro director de los teatros del IMSS'. Fue durante la presidencia de López

Mateos, quien puso a Benito Coquet y este habló con mi papá, por 1962. Yo lo sé porque empecé a actuar exactamente en el 57, en Beckett o el honor de Dios, de Jean Anouilh. Y mi papá andaba fundando el teatro del Sindicato Mexicano de Electricistas.

-¿Cómo era con usted?

-Increíble. Poco cariñoso, pero profundamente amoroso. El tiempo que nos dedicaba lo hacía muy bien. Y tuve una educación extraordinaria...

-Luis de Tavira y Vicente Leñero recordaban a Ignacio Retes por hacer teatro como arte de lucha, ser heredero de Usigli, y por su pasión al debatir.

-El problema con mi padre es que casi siempre tenía la razón. Entonces, cuando estallaba una discusión sabía llevarla a fondo, no era de pegar de gritos. Era, digamos -pausa las sílabas- de dialéctica.

Imagínate las conversaciones con mi tío Pepe Revueltas, cualquier cantidad de veces anduvo por ahí con Salvador Novo, obviamente Ignacio López Tarso, Narciso Busquets, que Óscar Chavez de jovenci-to... Ahí llegó la costarricense Chavela Vargas, ¡vivíamos en los teatros con una misma obra en dos funciones diarias de martes a domingo, y los lunes eran San Lunes, porque no se...

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