Implantan dos riñones con SIDA

Monterrey.-Un trasplante de riñones es una esperanza de vida. En la Clínica 25 del IMSS lo convirtieron en una sentencia de muerte al implantar en dos pacientes los riñones de un donador enfermo de Sida.

La causa: los médicos hicieron las intervenciones sin esperar los resultados de los exámenes que de rigor deben efectuar a los donantes.

Esto, a pesar de que según expertos, la vida útil de un riñón fuera del cuerpo es al menos de 24 horas y la batería de pruebas no toma más de seis horas.

Una investigación encubierta de METRO reveló lo ocurrido el 17 de enero en la Clínica 25.

Negligencia médica, exceso de confianza, errores protocolarios... argumentos para explicar cómo pasó puede haber muchos.

El único hecho real e incontrovertible es que una mujer y un joven de 26 años de edad, que esperaban aliviar sus problemas renales con el implante, ahora enfrentan una sentencia de muerte.

El acto irresponsable que los puso en esa situación cobró otras víctimas: sus amigos y familiares, quienes a pesar de haber alertado a METRO sobre lo que pasó, han rehusado dar su versión.

Sin embargo, a través de llamadas anónimas y declaraciones de los propios doctores que conocen el asunto, se sabe que los receptores de los órganos preparan medidas jurídicas contra los médicos que actuaron con negligencia.

El implante

El 17 de enero, cerca de las 18:35 horas, fue declarado en muerte cerebral Oscar V., de 45 años, casado y con un hijo.

La causa del deceso fue un tumor cerebral; un edema glioblastoma multiforme, en términos médicos.

Los doctores mantuvieron funcionando su corazón artificialmente para poder realizar trasplante de órganos y pidieron a los familiares que dieran la autorización.

Mientras, telefonearon a los dos pacientes en el tope de la lista de espera para recibir un riñón de la Clínica 25 del IMSS para avisarles que existía la posibilidad de un trasplante.

Además de los riñones, se esperaba aprovechar las córneas, pero afortunadamente no las transplantaron.

Los hermanos de Oscar V. se opusieron a la donación porque, según explica Rogelio, uno de ellos, a ciencia cierta nunca les comunicaron la enfermedad de Oscar, a quien habían visto adelgazar mucho en los últimos meses.

Sin embargo, Patricia, esposa de Oscar V., de quien estaba separada desde hacía tiempo, y su hijo decidieron aceptar la donación porque en su familia hay un niño de 11 años que padece problemas renales que le impiden un desarrollo normal.

Afirmaron que Oscar V. siempre quiso...

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