La improvisación, el sello presidencial para premiar (o no) a los atletas

AutorRaúl Ochoa

Michael Phelps conquistó ocho medallas de oro y siete marcas mundiales en Beijing 2008 y se consagró como el máximo ganador en una sola edición de los Juegos Olímpicos. El nadador recibió por su hazaña deportiva 1 millón de dólares de parte de la empresa Warnaco, dueña de la marca Speedo que lo patrocina, y 100 mil dólares del Comité Olímpico de Estados Unidos.

En México, las proezas del legendario clavadista Joaquín Capilla, uno de los mayores deportistas del país y máximo medallis-ta olímpico -oro en Melbourne 1956, plata en Helsinki 1952, bronce en Londres 1948 y Melbourne 1956-, fueron recompensadas con una residencia en el Pedregal, otorgada por el presidente Adolfo Ruiz Cortines.

Felipe El Tibio Muñoz, ganador de la presea dorada en natación en los Juegos Olímpicos de México 1968, recibió una casa completamente amueblada en la colonia Narvarte, prometida por el presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Los atletas mexicanos que ganan un lugar en el podio olímpico tienen la posibilidad de ser premiados con casas o estímulos económicos bajo el criterio del presidente en turno, pues no hay una legislación ni reglamentos en la materia.

En ese contexto se encuentra la medallista olímpica Luz Acosta, bronce en Londres 2012, quien reclama al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el monto económico que le corresponde por su logro.

La exatleta de alto rendimiento compitió hace siete años en el levantamiento de pesas categoría 63 kilos. En un principio, la kazaja Maiya Maneza, la rusa Svetlana Tsarukaeva y la turca Sybel Simsek ocuparon el primero, segundo y tercer lugar de la competencia, respectivamente. Sin embargo, cuatro años después las autoridades deportivas anunciaron el dopaje de los tres primeros lugares; en consecuencia, fueron descalificadas y despojadas de sus preseas.

Al recorrerse los sitios, Luz Acosta, quien había quedado sexta, subió al tercer lugar de la competencia obteniendo el bronce. La merecida medalla olímpica la recibió oficialmente seis años después, en noviembre último.

Ahora pide el premio económico con el que fueron tabuladas las preseas en la anterior edición de los Juegos de Río 2016: un millón de pesos por cada bronce.

Siendo director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) en 2008, el exfutbolista del Cruz Azul Carlos Hermosillo prometió a los atletas que les daría 5 millones de pesos por cada oro olímpico en Beijing, 4 millones de pesos por la de plata y 3 millones por el bronce. Fue el mayor estímulo económico ofrecido en la historia del deporte nacional.

Llegaron las medallas para México, pasaron los meses y los premios económicos no fueron entregados. El asunto se convirtió en un escándalo cuando Hermosillo, presionado...

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