Independencias

AutorFabrizio Mejía Madrid

Leyendo Las siete partidas de Alfonso El Sabio encuentro, por ejemplo, una definición de "patria" que establece como derecho del "pueblo" -"ayuntamiento de gentes y de la forma de la tierra que se allegan"- defenderse de toda deshonra o fuerza "que se quiera hacer contra él". Leo una idea de soberanía que permite entender por qué Cortés no obedece sólo a la orden de recabar oro para el quinto real, sino que se asienta en lo que hoy es México porque existe un derecho "procomunal"; es decir, del pueblo anteriormente establecido, cuyas costumbres, si no hay razón para ello, deben persistir, protegidas por las leyes. Sólo así se explica por qué Cortés toma al náhuatl como la lengua oficial de este nuevo reino, calca la estructura de tributación y construye las iglesias sobre los templos de las ciudades indígenas. Las siete partidas también explican cómo, si no hay alguien que herede el poder, se debe llamar a elecciones para legitimarlo y cómo debe impartirse la justicia: "Y decimos que todos los jueces deben ayudar a la libertad, que es amiga de la naturaleza, a la que aman no sólo los hombres, sino también los animales. La servidumbre es aborrecida por los hombres y la vive, no sólo el siervo, sino aquel que no es libre de ir del lugar donde mora a otro. Decimos que ninguno debe enriquecerse torticeramente con el daño de otro".

1794

Cuenta Artemio del Valle Arizpe que fue el historiador Ignacio Borunda quien le dio la idea a Fray Servando: la Virgen de Guadalupe no se había pintado en la manta de Juan Diego, sino en la fina capa de Quetzalcóatl, que no era otro que el apóstol Santo Tomás, llegado a la Nueva España mucho antes que los mismos marineros de Cristóbal Colón. Al escuchar eso de labios de Fray Servando en el sermón a la Virgen de 1794, el virrey Revi-llagigedo se entusiasmó: había aquí evidencia de que los pueblos indígenas eran cristianos desde antes, por lo que ya nada se les debía a los españoles. Se juntaban así el culto al dios-rey Quetzalcóatl, los apóstoles diseminados por el mundo para anunciar la "buena nueva" y la madre-co-llage Guadalupe-Tonantzin. Escribe Fray Servando: "¿Pero de dónde se infiere que esté pintada Nuestra Señora en la capa de Santo Tomás? Deduzco que dedicó aquí la antigua a María Santísima, apoyándome en la alegoría de la Cuatlicue que refiere Torquemada. Dice que en la sierra de Min-yo junto a la antigua Tula hubo una mujer que siempre estaba en el templo donde un día vio venir de lo alto una como...

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