Indignarse ante "los grandes hoyos negros" de México: Poniatowska

AutorAlejandro Gutiérrez y Armando Ponce

MADRID.- Es la noche de un día glorioso para Elena Poniatows-ka Amor. Es el miércoles 23 de abril, y decide hacer un repaso con Proceso del significado de este emotivo día en que recibió el Premio Cervantes y, como galardonada, inaugurar la lectura anual de los primeros párrafos de Don Quijote de La Mancha en el Círculo de Bellas Artes por el Día Internacional del Libro.

A lo largo de la estancia de la escritora en esta capital, la cámara de su hijo Felipe Haro ha captado el mayor número posible de momentos para un documental que narrará todo el proceso de la presea más importante de las letras españolas.

Está sentada en un sillón del bar se-mi-desierto del hotel Lusso-Infantas en el barrio de Chueca, con el inocultable cansancio de un día agitado, pero sin dejar de sonreír. Después de cenar con su hijo Emmanuel, todavía tiene puesto su huipil juchiteco color rojo con bordados amarillos que llamó la atención de los periodistas iberos.

"Son los colores de España", le dijeron sólo entrar hacia el medio día al claustro de la Universidad de Alcalá de Henares, ciudad de nacimiento de Miguel de Cervantes, donde la esperaba un enjambre de fotógrafos.

"Sí, pero también de Juchitán", informó.

Ya se advertía que la entrega del mayor galardón a la literatura en español no iba a ser una ceremonia encorsetada por los protocolos habituales. Primero, Ponia-towska y el rey aligeraron el encuentro saludándose con dos besos, a la usanza europea. Luego repitió el ritual con la reina Sofía.

Después, desde el pulpito del Paraninfo, el discurso pronunciado por ella (que se puede leer completo en proceso.com) resultó, según la propia autora acepta, un mensaje sensible que "tocó fibras" entre los presentes, porque lo escribió a nivel de piso, sobre la "gente de a pie" y sobre los enormes "desafíos" que tiene México.

-¿En quién estaba pensando cuando escribió el discurso?

-Lo escribí pensando en mi país, pienso en la gente de México y en los grandes conñictos, los grandes hoyos negros de México, que siempre nos han dolido a todos, por eso existe una revista como Proceso, por eso existimos algunos que seguimos teniendo una capacidad de in-dignación, de decir cómo es posible ver todo esto y no indignarse. Creo mucho en la capacidad de la indignación.

Se muestra satisfecha cuando se le relatan las reacciones de muchos españoles presentes en el evento, conmovidos por sus palabras.

-El sustrato de su discurso parece una denuncia de los desafíos que tiene México, de su realidad...

-Ojalá no sea así, porque yo amo muchísimo a mi país. Me preguntaron por (el presidente Enrique) Peña Nieto, y les dije que lo que quiero es lo mejor para el país. Ojalá Peña Nieto sea un gran presidente. Pero ustedes saben que yo estoy con el candidato de la izquierda, que es Andrés Manuel López Obrador, estoy con él desde hace doce años.

-Pero su amor al país se traduce en denuncia, en poner en la mesa esos retos de México, ¿o no?

-Sí, yo quiero que se volteen un poco las cosas, que la gente del poder se dé cuenta de la riqueza de los mexicanos que no tienen oportunidades, cómo es posible que no se den cuenta de a quién están machacando.

Y sobre esos desafíos, añade, lo importante es "la posibilidad de documentarlos, porque finalmente lo que más se...

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