INE: peor imposible
Autor | Jesús Cantu |
La terquedad del PAN de crear un órgano nacional ante la captura de los órganos locales por parte de los gobiernos estatales dio origen a un híbrido costoso, inoperante y confuso. De acuerdo con las reformas constitucionales aprobadas en el Congreso de la Unión, se mantienen las dos estructuras paralelas (una nacional y 32 estatales), pero las únicas atribuciones permanentes que les asignan a los órganos estatales son las vinculadas a los derechos, como el acceso a las prerrogativas por parte de los candidatos y partidos políticos, y a la educación cívica, y las estrictamente relacionados con los procesos electorales: preparación de la jornada (equipamiento de casillas y auxilio para la recolección de los paquetes electorales), impresión de documentos y materiales, escrutinio y cómputo de los votos, declaración de validez y otorgamiento de las constancias de ganadores, difusión de resultados preliminares, registro de encuestas de opinión o sondeos y conteos rápidos, y registro de observadores electorales.
La reforma les quita expresamente las atribuciones en materia de designación de funcionarios de mesa directiva de casilla, capacitación de éstos, ubicación de casillas y fiscalización de los ingresos y egresos de los partidos políticos y candidatos, y los limita a aplicar simplemente las "reglas, lineamientos, criterios y formatos" que previamente haya definido el Instituto Nacional Electoral (INE) en materia de resultados preliminares, encuestas o sondeos de opinión, observación electoral y diseño de documentos y materiales electorales.
Los gobernadores, particularmente los priistas, se empeñaron en mantener los órganos electorales -sin importar el altísimo costo y las complicaciones operativas que esto implica-, y los negociadores del Pacto por México aceptaron su petición pero los redujeron a su mínima expresión: quedan casi como órganos ornamentales de lujo, pues tendrán una instancia de dirección integrada por siete miembros de tiempo completo, con un jugoso sueldo mensual y toda una parafernalia de colaboradores igualmente costosa.
Los absurdos: de acuerdo con lo señalado en la Constitución, el INE es el responsable del Servicio Profesional Electoral Nacional (que comprende la selección, ingreso, capacitación, profesiona-lización, promoción, evaluación, rotación, permanencia y disciplina) de los servidores públicos de los organismos electorales estatales, de manera que los servidores públicos que laboren en éstos recibirán su sueldo...
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