Entre el infierno y la esperanza

AutorGloria Leticia Díaz

EJIDO SANTA ELENA, COAH.- Con extrema meticulosidad, Silvia Ortiz examina las piedras, la arena y el carbón que los agentes de la policía ministerial de Coahuila han colocado sobre una mesa después de cernirlos con una malla. Con guantes estériles inspecciona pequeños trozos negros de menos de un centímetro de longitud y los separa del resto de residuos.

“Este es un pedacito de hueso. Lo distingues por su porosidad, dureza y brillo. Hay que separarlo para que lo analicen. Aunque sea un pedacito chiquito, es alguien que fue amado, y lo necesitan en una casa”, explica Silvia, presidenta del grupo Víctimas por sus Derechos en Acción (Vida), mientras estudia el material que había sido descartado por peritos forenses durante una excavación previa, en una zona poblada por abetos a unos cien metros.

Óscar Sánchez, esposo de Silvia, comenta:

“Desde hace dos años decidimos salir a buscar en el monte y el desierto a nuestros seres queridos. Ya nos hicimos expertos en identificar sitios donde podría haber restos, pero nuestro trabajo no termina ahí: supervisamos a los peritos. Un huesito que se quede entre la tierra tal vez sea lo único que quede de una persona”.

Detrás de la zona resguardada por cintas amarillas, peritos vestidos con monos blancos escarban más o menos a 50 centímetros de la superficie, ennegrecida por el fuego, y rescatan pedazos de material negro. Durante aproximadamente tres horas extienden sobre pliegos de papel kraft incontables trozos de huesos humanos quemados con dísel. Entre ellos se distinguen partes de cráneo, dientes y falanges, según explican los analistas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJE).

Este ejido es uno de los cuatro puntos de La Laguna donde Vida ha hallado fosas clandestinas desde marzo del año pasado. Los otros son Patrocinio, Estación Claudio y San Antonio de Gurza. El grupo ha encontrado miles de fragmentos óseos.

Sólo en Patrocinio extrajeron 85 mil pedacitos de huesos humanos calcinados. ¿Osamentas completas? Sólo 10.

Los sepulcros ilegales corresponden al modus operandi de Los Zetas, que sentaron sus reales en Coahuila durante el gobierno de Humberto Moreira (2005-2011) y se mantuvieron los dos primeros años de la administración de su hermano Rubén, quien dejará el cargo en noviembre próximo.

El subprocurador de Personas Desaparecidas de la PGJE, José Ángel Herrera, informa que en Coahuila permanecen abiertos mil 815 expedientes por desaparición, la mayoría sobre hechos ocurridos entre 2006 y 2012.

Así, quien gobierne Coahuila a partir de diciembre próximo deberá esclarecer esos casos e identificar los miles de restos encontrados en la entidad, entre los que destacan 458 cuerpos depositados en fosas comunes como parte del Plan Estatal de Exhumaciones acordado por el gobierno de Rubén Moreira y los cuatro colectivos de familiares de desaparecidos de la entidad: Vida, Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fundec), Familias Unidas en Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas (de Piedras Negras) y Alas de Esperanza (Allende).

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