El infierno de la isla de Lesbos

AutorCarlos Martínez Assad

Un pequeño territorio de más de mil kilómetros cuadrados, con cerca de 100 mil habitantes, ha sido la escala del más grande flujo migratorio después del de la Segunda Guerra Mundial. Es parte de la crisis humanitaria que se gestó en 2015 por el gran número de expulsados por la guerra en Siria. En el corto recorrido desde Turquía, de acuerdo con la Agencia para los Refugiados de la ONU, las endebles embarcaciones llevan hacinadas a más de un centenar de personas, por eso han naufragado tantas en el cementerio del Mediterráneo. Sólo entre 2015 y 2016 murieron ahogados más de 5 mil.

Llegaron familias enteras. Sólo llevaban consigo la esperanza de una vida mejor. Aunque esto es relativo, porque el núcleo familiar ha desaparecido con la muerte del padre o de la madre, en algún bombardeo en Alepo, en Damasco o en cualquier otro lugar. Por eso, en el mejor de los casos, muchos niños son acompañados por algún adulto mayor, o viajan solos. Casi medio millón de niños fueron separados de sus familias en varios países, y en 2018 el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia reportó que existen 30 millones de menores refugiados a causa de guerras y conflictos.

Los que llegan a Lesbos, si tienen suerte, son alojados en el campo para refugiados de Moria, al que los migrantes llaman "El Infierno", por las condiciones en que viven. El 9 de septiembre pasado ese lugar se incendió en medio de la revuelta de un grupo de refugiados que serían aislados para evitar contagios por coronavirus. El campo fue destruido en su totalidad y los 13 mil refugiados quedaron a la intemperie, incluidos 400 niños y adolescentes. Éstos fueron trasladados a la Grecia continental por la Comisión Europea, con mediación de la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Ma-cron. Ese es el camino que todos los refugiados quieren seguir para comenzar la búsqueda de la supervivencia que les puede garantizar un papel oficial.

Sin embargo, 4 mil niños permanecieron al lado de sus familias después del incendio y permanecieron varios días a la intemperie mientras esperaban apoyo de los países de la Unión Europea. Destaca entre éstos Alemania, donde hay cerca de 1 millón de solicitudes de asilo y que implantó programas de integración para refugiados. De hecho, tras el incendio miles de alemanes se manifestaron en las calles de Berlín, Hamburgo y Francfort para demandar que se asile a los refugiados de Grecia. Esas tres ciudades determinaron que recibirán a 300 personas del campamento de Moria, mientras Turingia, Baviera y Re-nania decidieron acoger a otras mil.

Suecia es el país que ha recibido el mayor número de niños no acompañados. Sin embargo, la...

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