Un informe revelador

AutorRodrigo Vera

Presentado en junio pasado, durante el 44 periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el informe agrega: "Los profesionales de la salud mental, tanto públicos como privados, las organizaciones confesionales, los curanderos y los agentes públicos son algunos de los responsables de los abusos que se cometen por medio de las 'terapias de conversión'".

Entre los "promotores" de estas prácticas, el informe también menciona a "los familiares de la víctima, miembros de la comunidad, autoridades políticas y otros agentes".

El reporte presenta un amplio panorama mundial sobre los distintos actos de crueldad de las "terapias de conversión", las principales instituciones que las promueven, los daños psicológicos que ocasionan en las víctimas y las ganancias económicas que dejan estas "terapias" en distintos países, entre otros puntos.

El informe señala que en por lo menos 68 países se aplican las "terapias de conversión" y que son "muy frecuentes" en África y "bastante frecuentes" en América Latina, el Caribe y Asia.

El objetivo principal de estas terapias -dice el reporte de la ONU-, es "convertir a las personas no heterosexuales en heterosexuales", partiendo de la idea de que la "orientación sexual y la identidad de género pueden ser extirpadas... como si fueran algo ajeno a la persona".

Y da las siguientes cifras de una encuesta mundial: 21.9% de las personas fueron "coaccionadas" por sus familias para someterse a una "terapia de conversión"; 11.9%, por sus líderes religiosos; 11%, por miembros de sus comunidades; 9.7%, por profesionales de la salud mental; 5%, por parte de las autoridades escolares; 4%, por autoridades estatales, y 3.6%, por sus centros de trabajo.

Prácticas malsanas

El "honor familiar", dice el estudio, es uno de los principales factores que influyen para que los miembros de la comunidad LGBTTTI sean sometidos a estas prácticas. Y son jóvenes en su gran mayoría, ya que, precisa, cuatro de cada cinco víctimas tienen menos de 24 años, y alrededor de la mitad son menores de edad.

Algunos "actos dañinos" a los que se les somete son los siguientes: "palizas, violaciones, desnudez forzada, alimentación forzada o privación de alimentos, aislamiento y confinamiento, medicación forzada, agresiones verbales, humillaciones y electrocuciones".

Estas últimas, por ejemplo, son muy comunes en Australia, China, Ecuador, Estados Unidos, Rusia, India, Indonesia, Irán, Líbano, Malasia, Panamá, Sri Lanka, Uganda, Vietnam y...

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