Innecesario, el Pabellón Contemporáneo: Paula Duarte

AutorJudith Amador Tello

Considera que las necesidades en materia de arte contemporáneo están cubiertas por otros recintos públicos y privados:

"Es complicado mencionarlo... no alcanzo a vislumbrar un espacio más que se sume a la lista de mil 47 museos a nivel nacional; la verdad, no sabría qué podría albergar. Sería una duplicación de funciones con otras instituciones museísticas del mismo Estado, que han hecho un increíble trabajo por seguir a flote, a pesar de los recortes y las dificultades que les ha significado la pandemia."

Para la coordinadora de Estudios Curatoriales de la Maestría en Historia del Arte de la Unidad de Posgrados de la UNAM, y gestora de arte moderno y contemporáneo latinoamericano, la lista de museos con vocación de coleccionar y difundir arte contemporáneo es larga. Piensa a botepronto en la Sala de Arte Público Siqueiros y en el Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo, ambos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), e incluso la Casa del Lago, de la UNAM, todos dentro o en las inmediaciones de Chapultepec, que "es la zona cultural más rica del país".

Ese aspecto la hace reflexionar también en el porqué sumar un museo a ese sitio, cuando la propia Secretaría de Cultura (SC) del gobierno actual ha vituperado la centralización. Debería, en todo caso, si es necesario un pabellón de arte contemporáneo, realizarlo fuera de la Ciudad de México, en estados de la República donde las carencias culturales son altas. Para qué -pregunta- enriquecer aún más una zona que se ha visto más beneficiada en los últimos años porque ya dispone de un corredor turístico y museístico de relevancia.

Cita otros espacios fuera de Chapultepec, pertenecientes a la red del INBA: El Laboratorio Arte Alameda y el Ex Teresa Arte Actual, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM, y el Museo Jumex, que es privado.

El MUAC, detalla Duarte, tiene como parte de su misión un sistema de adquisición de obra de arte contemporáneo nacional bastante potente, y ha podido llenar los vacíos historiográficos del arte mexicano de una época muy específica, que va de 1968 a la fecha.

En ese contexto, considera innecesario el pabellón y explica:

Creo que se carece de un diagnóstico claro de cómo se encuentran los museos a nivel nacional y, por eso mismo, tomar una decisión tan deliberada es poco responsable en el sentido de que, si habrá recortes -pues ya sabemos qué se avecina para el próximo año, y obviamente nos agarran en términos económicos muy...

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