Intenso cabildeo morenista en San Lázaro. La ingeniería política que allana el camino a la Guardia Nacional

AutorJesusa Cervantes

La Guardia Nacional de Andrés Manuel López Obrador va. Bastaron 11 días efectivos para que Morena y el Ejecutivo federal operaran para obtener los votos necesarios (333) para sacar adelante la reforma constitucional que dará paso a ese controvertido cuerpo destinado a combatir al crimen organizado.

Y aun cuando la votación será el miércoles 16 en periodo extraordinario, desde la semana en que se discutió el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 -del 17 al 23 de diciembre-, Morena contaba con los votos suficientes para sacar adelante el proyecto.

No sólo eso. Del martes 8 al jueves 10, Andrés Manuel López Obrador logró afianzar 47 sufragios más para que el PRI lo acompañe en la integración de la Guardia Nacional, que ya no estará bajo un mando militar, sino por uno civil.

Lo anterior se desprende de una reconstrucción de los hechos ocurridos durante la última semana de sesiones de diciembre y la que concluyó recientemente. Además, el diputado federal perredista Emmanuel Reyes Carmona corroboró en entrevista cómo fue que su partido se cargó del lado de AMLO y le entregó 11 nuevos votos para "echar adelante el proyecto por México, aun en contra de los intereses de PRI".

La historia arrancó el 19 de noviembre, cuando Morena presentó ante el pleno su reforma de ley para modificar 13 artículos de la Constitución que son la base para crear la Guardia Nacional, proyecto que desde su inicio fue cuestionado por la oposición (PAN, MC, PRD y PRI) por considerar que con ella se pretendía "militarizar" al país.

Sin embargo, la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación, la inclusión de nuevas formas de distribución de los recursos para municipios y la presión de 14 gobernadores priistas cambió lentamente el escenario.

Un PRI vacilante

La propuesta inicial de la Guardia Nacional contemplaba que el mando lo tuviera la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que provocó la inconformidad de la oposición.

Por ser una reforma constitucional se requieren las dos terceras partes de los votos en el Congreso. En la Cámara de Diputados ello implica 333 sufragios.

Morena tiene 256, más 30 del PES y 28 de PT -los otros partidos de la coalición de Juntos Haremos Historia-, que en conjunto suman 314 votos, a los cuales deben agregarse 11 votos del PVEM, que desde el arranque de la LXIV Legislatura federal dijo que allanó el camino al partido en el poder. Así, los votos suben a 325; insuficientes, sin embargo, para alcanzar una reforma constitucional.

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