Los intereses en juego

AutorJenaro Villamil

Una semana antes del día en que Carmen Aristegui lanzó al aire la pregunta que desató la furia de Los Pinos y de los defensores a ultranza de la institución presidencial –“¿tiene o no problemas de alcoholismo el presidente de la República?”–, la guerra soterrada entre Telmex y Televisa, los dos gigantes de las telecomunicaciones mexicanas, tomó un nuevo y dramático matiz.

El viernes 28 de enero, Televisa presentó ante la Comisión Federal de Competencia (CFC) una denuncia por presuntas irregularidades en la autorización que este organismo antimonopolio emitió en 2009 para que diera inicio el servicio de la empresa Dish México (formada en 51% por MVS, de Joaquín Vargas; 49% por Dish Network, de Charles W. Ergen, y con Telmex como socio en los servicios de venta y facturación).

Los abogados de Televisa argumentan que esta sociedad es una “simulación” porque Telmex tiene un papel más relevante que el de simple socio en la facturación. Esta empresa no puede ofrecer servicios de televisión restringida por el candado existente en su título de concesión y que ha generado una fuerte disputa entre la empresa de Carlos Slim y el gobierno de Felipe Calderón.

Televisa ha presionado con todos los medios a su alcance para impedir que Telmex ingrese al mercado de la televisión restringida, el de mayor crecimiento anual –más de 11%– y clave para los servicios de triple play (audio, video e internet).

Desde que la CFC aprobó la sociedad formada por Dish México, ésta ha representado una fuerte competencia para el sistema de televisión satelital Sky (el de mayor volumen de ganancias en Televisa), que antes dominaba 95% del mercado. La oferta de Dish, más barata y con seis canales de alta definición, le ha arrebatado cerca de 2 millones 200 mil clientes a Sky.

En buena medida el noticiario radiofónico matutino de Carmen Aristegui (con el mayor rating –0.62 puntos en diciembre de 2010– y retransmitido en el Canal 52 de MVS a través de Dish) se convirtió en el punto más atractivo de venta para un sector de clase media en Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México, donde este servicio ha penetrado más rápido.

Pero está en juego algo más que el mercado de la televisión restringida. Los representantes de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) avanzaron en los últimos meses con los ejecutivos de MVS en el refrendo de buena parte de las concesiones vencidas en la banda de 2.5 Ghz. La empresa de Joaquín Vargas posee 65% de cerca de 190 Mhz de esa banda, mientras Ultravisión posee 13%.

Desde hace una década, la Unión Internacional de Telecomunicaciones determinó que este espectro es ideal para ofrecer servicios inalámbricos de internet en banda ancha, además del servicio de televisión restringida y posiblemente de telefonía móvil. En otras palabras, es importante para el futuro del triple y cuádruple play (triple play más telefonía fija), el verdadero negocio en las telecomunicaciones.

El gran negocio en juego

La importancia de la banda 2.5 Ghz es tal que el propio director jurídico de Televisa, Javier Tejado Dondé, calculó el valor del espectro que posee la familia Vargas en 6 mil millones de pesos.

Según dijo a Proceso Mony de Swaan, presidente de la Cofetel, las negociaciones avanzaron mucho a finales de diciembre de 2010 y sólo faltaba la autorización del presidente de la República para que se refrendaran los títulos de concesión de MVS, a cambio de que se formara un consorcio de cinco o seis operadores, entre los cuales no estarían Telmex ni Televisa.

Así lo explicó De Swaan a este semanario:

“Van y vienen muchas veces las negociaciones hasta que llegan con un modelo de negocios que a mí en lo particular me parece fantástico: se quedan con los 190 Mhz, pero creo un consorcio de cinco o seis operadores, entre los cuales además voy a seguir dos condiciones: no voy a invitar a nadie que genere mayor concentración (léase Telmex) y voy a tratar de impulsar inversión extranjera.

“A mí me parece muy bien. MVS seguirá siendo operador y carrier de carriers. Ellos son dueños del espectro, ponen un operador que se puede llamar Erickson o Alcatel y él rinde cuentas de que yo uso el espectro, pero también lo comercializo en forma no discriminatoria.

“Además, de estos 190 Mhz puedo dejar 20 Mhz para que este consorcio dé servicios a instituciones públicas, como hospitales, escuelas, Sistema de Protección Civil, etcétera.

“Nada...

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