El intocable

AutorRicardo Ravelo

Tras una década de estar al frente de la Policía Federal y del combate al crimen organizado, Genaro García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), arrastra una larga historia de fracasos, escándalos de corrupción, presuntos nexos con el narcotráfico, protección de policías con antecedentes penales y amenazas a periodistas y medios de comunicación.

Debido precisamente al fracaso de la estrategia para combatir a los cárteles y a la falta de instrumentos para frenar la avasallante violencia que atenaza al país, desde hace varios meses, agentes federales, empresarios y miles de personas agraviadas por los crímenes piden la renuncia de Genaro García Luna, en quien recae buena parte del fracaso gubernamental ante el crimen organizado.

Pese a la reiterada exigencia de que sea destituido del cargo, García Luna sigue al frente de la SSP, tan poderoso como impune, a pesar de las malas cuentas que ha entregado en materia de seguridad en poco más de 10 años de gestión continua en dos administraciones federales.

García Luna no sólo encabeza la dependencia con mayor presupuesto después de la Secretaría de la Defensa Nacional –dispone de más de 30 mil millones de pesos–, sino que cuenta con más de 70 mil elementos y una fuerte influencia en el gabinete federal, al grado de que se le considera el funcionario consentido del presidente Felipe Calderón.

No obstante los privilegios del secretario y de que se muestra como uno de los hombres que mejor conoce los temas policiacos y de criminalidad, la violencia generada por el narcotráfico no ha podido ser frenada; tampoco se ha desarticulado a ninguna organización criminal y, peor aún, el narco sigue creciendo, impune, en todo el país, generando más violencia y corrupción.

Su propio proyecto

Durante todo el sexenio de Fox dirigió la Agencia Federal de Investigación (AFI), una corporación que él mismo creó y que seis años después, contaminada por el narcotráfico, desapareció. Desde diciembre de 2006 encabeza la SSP, donde impulsa otro de sus proyectos más ambiciosos: la Policía Nacional.

Transcurridos más de cuatro años del gobierno de Calderón y de su guerra contra el narcotráfico, los cárteles de la droga no sólo se han fortalecido, sino que ahora se multiplican: ahora ya son 12 los que operan en el país, y sus dominios se extienden más allá de las fronteras.

Se trata de los cárteles de Sinaloa, de Juárez, del Golfo, Los Zetas, de Tijuana, La Familia Michoacana, el de los hermanos Beltrán Leyva, el cártel del Pacífico Sur, la organización Díaz Parada, los Amezcua Contreras, el Cártel de Jalisco Nueva Generación y La Resistencia.

Ante la ola de criminalidad que azota al país –en poco más de cuatro años de gobierno se registran 40 mil muertos relacionados con ella–, García Luna ha reconocido su fracaso ante los diputados, pues admite que el gobierno, del que él forma parte, no ha podido aplicar una política de Estado contra la criminalidad.

No obstante los antecedentes y desatinos del secretario, el presidente Felipe Calderón lo sostiene en el cargo que le confirió en diciembre de 2006, a pesar de que desde 2008 altos mandos de la AFI le informaron que García Luna “lo engañaba” y que tenía “vínculos con el narcotráfico”.

Uno de los primeros agentes que le advirtió a Calderón de los riesgos de mantener a...

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