Los invisibles

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- A unos días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas -este domingo 22-, politólogos, observadores y analistas reconocen que los resultados son imprevisibles.

Si bien todos notaron el descenso del presidente Nicolás Sarkozy en las preferencias electorales, nadie se atrevió a hacer pronósticos sobre los votos de protesta que captarían el Frente Nacional encabezado por Marine Le Pen (de ultraderecha) o el Frente de Izquierda (coalición del Partido Comunista, el Partido de Izquierda y organizaciones anticapitalistas y ecologistas) liderado por Jean Luc Mélenchon.

Tomaron una distancia prudente de las encuestas que mencionan entre 14% y 17% de intención de voto para el primero y entre 13% y 15% para el segundo.

No se arriesgaron a hablar de un eventual récord del abstencionismo, que hasta el último momento era la gran incógnita de los comicios. Rehusaron manifestarse respecto de las cifras de 20% y 30% de abstención manejadas por los sondeos. Se quedaron perplejos ante otros que señalaban que 25% de los encuestados en vísperas de las elecciones no sabían por quién iban a votar.

¿Por qué tanta incertidumbre? En gran parte por el escepticismo y la desconfianza que despertaron las campañas. Siempre según los sondeos, 76% de los franceses consideró que los candidatos no se enfocaron en los problemas que los ciudadanos enfrentan a diario: el auge de la pobreza y la precariedad laboral y social que flagela o amenaza a millones.

El jueves 12 los presidentes de siete organizaciones cristianas -consideradas referencias incuestionables en Francia-confrontaron directamente a los candidatos presidenciales al calificar sus campañas de "inquietantes".

En una declaración pública enfatiza-ron: "Un catálogo de medidas no puede sustituir la elaboración de un verdadero proyecto de sociedad. ¿Qué sociedad queremos? ¿Acaso debemos tomar en cuenta sólo los indicadores macroeconómicos como criterios para determinar lo que es bueno para Francia?

Entre los firmantes del "llamado urgente a favor de una sociedad solidaria" destacan organizaciones como Le Se-cours Catholique y La Cimade, de gran solidez en Francia. La primera, creada en 1946, actúa contra los estragos de la pobreza. La segunda, fundada en 1939, protege a los indocumentados sobre todo en los centros donde miles de ellos permanecen retenidos semanas o meses antes de ser expulsados del país. Ambas publican además informes anuales muy bien documentados que exhiben el rostro escondido de la sociedad francesa.

Su grito de alarma retoma advertencias urgentes lanzadas por ONG, algunas de larga trayectoria, como la Fondation Ab-bé Pierre, y otras más recientes, como los Restos du Coeur (Restaurantes del Corazón) abiertos en 1985 o la Red de Tiendas Solidarias de Alimentos, fundada en 2000 por la Agencia Nacional de Desarrollo de las Tiendas Solidarias de Alimentos (ANDES, por sus siglas en francés).

Los datos compilados por estas asociaciones confirman y completan las investigaciones del Observatorio Nacional de la Evolución de la Pobreza y de la Exclusión Social, organismo gubernamental creado en 1998.

Y dichas cifras no fueron mencionadas por los dos principales candidatos a la Presidencia: Nicolás Sarkozy, de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), y Francois Hollande, del Partido Socialista (PS). Evasivos, se limitaron a hablar de "los franceses silenciosos" o de "los franceses que sufren".

Precariedad

Francia -uno de los 10 países más ricos-tiene 64 millones 700 mil habitantes, de los cuales 8.2 millones (13.5% de la población) viven abajo del umbral de la pobreza. La degradación del nivel de vida que afecta a las clases populares y a sectores de la clase...

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