Ivaginaria / Abrevando

Existen dos tipos de hombres en este mundo: los que bajan y los que no.

Ninguno es mejor que el otro y como todos los seres humanos, cada uno posee sus virtudes y sus defectos. Incluso el último que me dijo en una conversación que no se dirigía a las aguas femeninas me hizo después una demostración de lo que podemos llamar degustación erótica y asfixia: me enseñó que hay otras opciones.

Algunas mujeres se frikean ante el hecho de ser disfrutadas oralmente porque temen que su olor vaginal sea demasiado fuerte, o que sea desagradable y radioactivo para quienes visiten su genitalia.

Debo decir que, así como pasa con el sabor del semen, el olor de la vagina es determinado por nuestra alimentación que fomenta ciertos humores.

Los condimentos en exceso, el alcohol, la cafeína, o ciertos legumbres o frutas pueden alterar por completo el aroma genital de las mujeres.

Ese inconveniente puede llegar a ser un enorme inhibidor para el goce, eso sin contar con el pudor inicial de abrir la puerta y dejar a entrar a una boca a esa zona. Ninguna anda por la vida abriendo las piernas en la cara de alguno a la menor provocación (a menos que a eso se dedique) o carece de pudores.

De cuando en cuando nos asaltan los fantasmas de los prejuicios. Quizás lo mejor, como en el caso de la ridiculez de la imagen del beso robado, sea el guaguis femenino robado, pero es un poco más difícil tomando en cuenta que alguien puede sufrir serias lesiones en el cuello al recibir un apretujamiento de unas piernas femeninas.

Estas semanas he investigado tanto sobre el sexo oral, femenino y masculino, que estoy a dos minutos de conseguir mi doctorado como guaguóloga.

Puro empirismo, he de decir. Al menos en los últimos cinco días.

Llegar a la vagina de una mujer es una de las metas más altas y ambiciosas a la que cualquier hombre debe aspirar, porque en un país como el nuestro todavía muchas mujeres apenas le están agarrando el gusto al fornicio.

Entonces la aproximación debe ser bastante generosa en amabilidad y sutileza, sobre todo porque hay muchos hombres que cometen el error de ejecutar el sexo oral y a la par introducir un dedo en la vagina y en el ano, siendo que ni siquiera le hicieron un buen calentamiento a su pareja.

Lo importante es hacer que su pareja se humedezca y se cachondee lo suficiente en el previo, al grado de que cuando ustedes le propongan...

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