Ivaginaria / Tú acosas, él acosa...

¿Qué busca la gente acosadora? Sólo hacer el ridículo. Quizás alguna vez hemos sido acosados y acosadores. Esta conducta se trata sobre la violación de espacios y privacidad que se ejerce en contra de personas que nos gustan o a quienes pretendemos, pero que a la larga se convierte en una especie de zumbido de mosquito para quien recibe el tratamiento de acosado.

Ahora que rondamos muchas esferas públicas, entre ellas la de internet, me puedo dar cuenta de que cualquier persona que posea un perfil público en las redes puede ser objeto de acoso, de persecución, de goloseo o de cachondeo.

Se trata de una cosa que debemos evitar a toda costa y salvar de la mejor forma, por una cuestión muy simple: el acosador pasar de ser un tipo sin mucho quehacer a volverse loco, se obsesiona y luego termina en tragedia o en más ridículo. Y junto con él o ella, ustedes meros, que no tienen más culpa que la de ser bonitos, irresistibles y malos para lidiar con las relaciones personales.

Mi mensaje también va para ti, querido acosador de alguna persona. ¿Qué es lo que hay en esa mentecita traviesa?, ¿qué mueve al perseguidor a volverse la piedra en el zapato de alguien?, ¿por qué se dejan llevar hasta niveles inverosímiles en donde se arrastran pero a la vez asustan a alguien?

Estuve platicando con una nena que estaba enloqueciendo gracias a su acosador. El tipo primero le hizo conversación en las redes, y luego estuvieron chateando mucho tiempo hasta que por fin entablaron una de esas ciberrelaciones que siempre poseen desenlaces algo friqueantes.

El chico se conducía con suficiente decencia hasta que se le espantó la leche a la criatura y él empezó a cerrar el círculo. Iniciaba diálogos furiosos en los espacios de ella, se comportaba celoso y territorial, montaba espectáculos a la menor provocación e inició una carrera de patán.

Ella al sentirse celada y acosada, optó por la graciosa huida, lo borró de sus redes sociales y no le contestó las comunicaciones. He ahí en donde la historia se empezó a poner fea, porque él decidió seguirla, espiarla, llamarle a su teléfono, colgar y hacer todo ese circuito de horridencias tras el cual una siempre sale perdiendo.

No...

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