Ivaginaria / Adiós, querido Sandro

Much@s de ustedes me preguntaron porqué en los últimos días ponía en mi post scríptum al final, antes del correo, "fuerza Sandro", o "estoy contigo, Sandro", en las columnas. A algunos de ustedes quienes me escribieron, les compartí textos de Sandro Cohen, sobre todo un poema y la recomendación de sus libros que ayudaron a muchas generaciones a bien escribir en nuestro idioma español, que él amó tanto, siendo estadounidense de nacencia.

Perder a un amigo querido y entrañable como Sandro me ha hecho entender, por este día, como cada uno de éstos que han transcurrido, que algo es preciso hacer. En este momento no me queda claro qué, porque cuando se muere alguien lo primero en lo que pienso es en el acto sexual: ante la muerte, la matación y la ansia de comprobar que aún tenemos un cuerpo pulsante que patalea por la sobrevivencia.

Sandro fue un maestro siempre y ante todo. Un hombre guía que se dejaba querer pero sobre todo, nunca escatimaba en el placer y en la alegría que pudiese dar a otros, fueran personas, sus perros, sus alumnos o a la gente con quien compartía mientras tomaba sus rigurosos, disciplinados y abundosos alimentos.

En los últimos días nos enteramos que estaba enfermo de lo que todo mundo se enferma y muere ahora. Su estado se deterioraba día con día y su seguro médico inservible le derivó en una institución hospitalaria privada en donde cada día eran 100 mil pesos para mantenerlo.

Yo estaba segura que iba a resistir, porque Sandro siempre fue un hombre fuerte espiritual y físicamente, era un atleta y alguien que cuidaba su alimentación, su corazón y su mente. A todos nos toca la hora y por desgracia, Sandro nos abandona.

Gracias a Sandro reconocí de nuevo la ciudad de Morelia, en un encuentro de poetas, del cual huimos para ver a una de las ciudades más hermosas de México, antes de que se infestara de narcos ostentosos y de asesinos. La ciudad la vivimos a pie. Hacía poco había estado en Monterrey a un encuentro de literatura erótica en donde ambos participamos.

De ahí escribió un muy afrentoso poema sobre el orgasmo, el cual hilvanó con un metro bastante complicado y con imágenes muy intensas, como si quisiera ganarle a la forma convirtiendo a la experiencia orgásmica en pirotecnia. Como en realidad lo es cuando se trata de...

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