Ivaginaria / Yo arriba y luego vemos

Muy seguido recibo lecciones del querido público. El otro día leyendo mis redes sociales y hablando de posiciones con la gente que lee mi página Ivaginaria en Facebook y Twitter, una morra me hizo reír muchísimo al escribir algo que me pareció contundente y digno de analizar. Dijo: "Yo por eso primero arriba, luego ya vemos". Con ese simple comentario podemos, al menos, perfilar una vida sexual inteligente de una persona que sin duda, sabe lo que quiere en el fornicio.

Para una mujer, montarse o ponerse arriba durante un coito, le permite una satisfacción casi asegurada y hasta al penetrador también. Para empezar, es una de las posiciones en las cuales no importa tanto el tamaño del pene, porque al estar sentada encima la mujer, puede como sea manipular como un joystick al falo que entrará un buen tramo vaginal, incluso aunque no sea muy largo. Hasta un micropene la anda armando en una vagina que se le encime.

Una mujer encima controla la situación del coito casi por completo, esto quiere decir que ella se moverá acorde a lo que necesite y podrá escoger la forma en que su vagina, vulva y clítoris puedan ser abordados con placer y efectividad. La mujer encima es una posición poderosa y de mucho empoderamiento, y ayuda definitivamente a que nosotras detectemos en dónde están los sitios de placer y en donde se siente más.

Al estar arriba y controlarlo todo, nosotras también podemos manipular el orgasmo, cuándo experimentarlo, prolongarlo, detenerlo, remontarlo y explotarlo como mejor nos encante. Los orgasmos los fabricamos nosotras mismas. La ventaja enormísima de producir nuestras venidas es que la verdad, nos ahorramos ese protocolo mamila de los batos que pueden estar friccionando por horas, creyendo que vamos a venirnos. Y ese momento a veces pasa pronto, o no sucede o se evapora o sucede algo. Los batos deben saber cuándo parar al fornicio y a la frotación. Hay banda tan traumada que no puede venirse porque cree que es su obligación patriarcal esperar a las mujeres sin pensar en su propio goce, y creo que aquí es donde sobrevaloramos al coito.

Otra de las maravillas de ponerse arriba es la capacidad que podemos crear para realmente sentir el goce de tener un pene adentro. El coito es tan...

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