Ivaginaria / Churchill, mi tortuga

Santa Crista de la Capilla, querido público... mis ojos ya lo vieron todo y de un jalón antes de que se acabe la munda. Estaba el otro día en uno de esos largos momentos de hacer un programa para un taller de educación de la sexualidad para profes en Nuevo León, que ahora está más mocho que el rabo de un chango. Apuntaba y trabajaba una mañana soleada pero fresca. Entonces en esa escena de jardín en donde laboro temprano, se aparece mi tortugo Churchill. Es un espécimen decidido y fuerte. Debe tener menos de 10 años, pero es enorme. Churchill es el dueño del patio trasero de mi casa y mi perro Jack, no atraviesa esa frontera porque sabe que la tortuga lo va a morder... Supe que el perro estaba en peligro, un día en que encontré a Churchill con pelitos de Jack en su boca... Churchill está en celo, o algo parecido, y anda mordiendo a todo mundo y tratando de tirarse a todo lo que no se mueva.

La tortuga macho es el amo de la naturaleza hasta este momento y su ansia de ponerle ha aparecido impetuosa y persistente. Las tortugas son demasiado jornis, calientes... No tengo más de seis meses con la tortuga y ya se ha echado dos chanclas de patio porque se las coge. La primera vez no sabía de qué se trataba... Solo encontré una chancla mordida a medio traquetear... la segunda vez hasta tenía la firma del tortugo casi, en el trajín que aplicó a la segunda chancla... tengo un tortugo ponedor. Como si se necesitara...

Las tortugas tienen un muy especial modo de reproductividad porque en realidad son animales muy agresivos en lo sexual. Los machos someten a las hembras. Con sonidos, maneras y actitudes. Éstas se ponen flojitas y cooperando, sean de tierra o de agua, porque sea cada año o tres, las hembras cumplen a cabalidad su reproducción poniendo huevos, o sea son ovíparos.

Yo no sabía el ansia de las tortugas por forniciar hasta un día que vi un video de un tortugo cogiéndose un zapato con una ferocidad inaudita. Aquello era una masacre porque el tortu con una mirada claramente lujuriosa estaba tirándose a un tenis. Fue entonces que entendí la parafilia de mi Churchill que había violado a dos de mis chanclas, con su pene horadador. Y porque...

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