Ivaginaria / ¿Por qué nos dejamos?

Acabo de ver la película "En el nombre de Dios", que como todos los filmes en este país, lleva un título que nada que ver con el que le pusieron en inglés, que en este caso se llama "The Magdalene Sisters".

Una rápida sinopsis. Tres adolescentes van a parar al encierro de un convento por razones verdaderamente estúpidas: una porque era muy coqueta con los chavos, otra porque tuvo un bebé fuera del matrimonio (y la obligaron a darlo en adopción) y la última porque su primo la violó. Ubiquémonos, la historia se desarrolla en Irlanda de los años sesentas.

Las muchachas son encerradas en un convento, la Congregación de la Magdalena, que como todos sabemos, es el personaje bíblico con la más deshilachada reputación. Magdalena fue la prostituta más famosa de la historia bíblica, pero en promiscuidad luego la superó Santa María Egipciaca quien ostenta el récord mundial del número más alto de acostones con marineros en un solo barco: se echó a toda la tripulación y pasajeros de un navío que iba a Egipto. En fin...

Terminada la clase de catecismo, prosigo. Las chicas en el convento sufrieron como enajenadas. Todo el día se la pasaban lavando ropa ajena, actividad que sostenía el convento y los manjares que las monjas comían, porque hasta, eso eran bastante golositas.

La película, basada en hechos reales, está llena de ejemplos de abuso, maltrato, corrupción, lujuria de sacerdotes y monjas, y sobre todo de violaciones a los derechos humanos de las mujeres.

Había señoras que toda su vida se la pasaron lavando ajeno sin salir del convento por el sólo hecho de haberse portado mal de jóvenes. Portarse mal equivalía a coquetear con los muchachos en la plaza o haber tenido un hijo fuera del matrimonio. La mayoría de ellas era internada con el consentimiento de sus padres, o ellos mismos las llevaban al claustro. Si una de ellas escapaba, su papacito la devolvía a rastras con las monjas.

Quizás en ese tiempo muchas de las que estaban encerradas habían tenido una educación tan conservadora y católica que pensaban que merecían el castigo de ese encierro tan patético. Había otras que se rebelaban constantemente, aunque lo hacían más bien por estar hartas de los abusos de las monjas...

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