Ivaginaria / Ya no duran como antes...

La gente que romantiza todo, siempre se aferra a la última idea sobre lo ideal y lo que les gustaría que sucediera. Cuando hablamos de la conceptualización romántica de un matrimonio, la gente espera en realidad que sea para siempre. Quizás sea hasta que en realidad la muerte los separe. La cuestión es en qué condiciones.

El debate sobre el matrimonio, me sale mal de inicio porque tengo mis asegunes sobre el contrato matrimonial y porque sé que la gente que ha aguantado más, en estatus de casada, es porque se ha tragado unas píldoras en formato de supositorios. El trabajo de las personas casadas es arduo, cotidiano y para los días en que ambos aguanten.

Un querido lector mío, Davíd, nos contó en Facebook, cómo se quedó frío, él y algunos de sus parientes, cuando la abuela les confesó que ella no se había separado del abuelo, porque no sabía que existía esa posibilidad. La familia, que ahora extraña entrañablemente a la abuela porque ya ha muerto, quedó sorprendida de la declaración y ante todo deja una reflexión.

No es cierto que los matrimonios sean felices para siempre. Quizás lo sean cuando no pervivan con esa obligada sensación de que te has atado con todo y tu voluntad, a los designios de otra persona. No sé si creo que las relaciones matrimoniales puedan durar para siempre, pero al menos sé que no es posible alargarlas, y menos basándose en las prácticas antiguas que indican: mujer es propiedad de esposo.

Lo terrible de todo esto es que cada vez que el tema de matrimonio sale a flote, sucede como con la idea de los ovnis. La gente quiere creer. Desean que la idea de un enlace matrimonial sea la culminación de algo que nacieron para hacer o que creen están determinados para ello desde pequeños. El otro día una morra que, ash, tiene una afición de echarse a los papás de sus amigas y luego viene y me cuenta, me dijo que esos señores con más de 35 años de casados, son presas fáciles de encamar.

No estamos diciendo que se van a divorciar por eso, porque ninguno de esos hombres va a dejar a la esposa institucional por una amiga de una de sus hijas, pero sí del quebranto de la fidelidad, de la monogamia, de la lealtad, de la congruencia y de una vinculación afectiva sana...

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