Ivaginaria / Paranoia celular

Este es un tema importante y cotidiano y sólo lo trato por el bien de la higiene mental de tod@s nosotr@s: la relación de pareja y el uso de teléfonos celulares. Aunque esto parece título de caso clínico, es algo con lo que nos enfrentamos a diario.

Es escandaloso en verdad el número de personas con esta manía, la cual es común y cotidiana, porque la mayoría de la gente usa un teléfono celular, y casi siempre, busca uno con todas las apps posibles. No soy de las personas que aman el teléfono celular, siempre lo relaciono con un montón de estupideces que he hecho sobria y en jarras, ay no.

Pero no sólo se trata de las presuntas infidelidades de la gente o el control: el teléfono celular es un accesorio que se debe de mantener fuera del territorio de la cama, porque no está chido que alguien cheque sus mensajes o las redes sociales cuando va a forniciar, o mantiene el aparato cerca. El único aparato que debe estar a la mano, es el genital. Imaginen estar en pleno venidón y el telefonito prende y prende en WhatsApp o en cualquiera de las manifestaciones del chunche.

Una de las ventajas de mantener el celular fuera de los territorios del fornicio, es la de evitar que a alguno de los implicados se le ocurra la mala idea de tomar fotos encuerado o en el acto, y luego caigan misteriosamente en la red social. En mi taller con adolescentes, escucho los horrores de la guerra de los sexos de esas criaturelas y no pueden creer lo que mandan: muchachas menores a quienes les insertan objetos en la vagina, morros masturbándose o recibiendo felaciones: la mensajería instantánea permite que uno esté en duro y dale en el guaguis y transmitir en vivo el acontecimiento.

Quizás sea la gran mamada transmitir la mamada, pero aún creo que la vida sexual debe acotarse al ámbito de lo muy privado y personal. En particular porque en México no existe una comprensión de la vida sexual del otro, porque es pública si un@ se descuida, porque es diferente o porque es o no es. Y arruina las reputaciones de tod@s cuando se exhibe cualquier detalle sobre la sexualidad de quien sea.

Sí es muy cachondo enviarse fotos, tomarse video en el coito, incluso, mi favorito, tomar una foto de la cara del orgasmo. Pero nada nos garantiza que las fotografías que nos tomemos en un momento de cachondería, no serán usadas en nuestra contra. Tomémosla siempre sin cara y sin marcas visibles que nos identifiquen y echen su chocho a rodar al mundo entonces...

El celular ha cambiado la postura de...

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