Ivaginaria / Sin porno no hay paraíso

La pornografía es una adicción que experimentamos todos, en menor o mayor medida. Puede ser un golpe instantáneo de placer que no volverá a suceder jamás o una compulsión que lleve a las personas a más: más violencia, más atrevimiento y más morbo. El gusto por el porno se desarrolla en las personas y se instala o no, dependiendo de los prejuicios de cada quien. Ahora más gente tiene acceso a porno de todas las calañas y sin duda se consume más, y existen materiales en cualquier formato existente.

Sin porno quizás habría mucha gente estresada y los batos incapaces de conseguirse una pareja romance o sexo, probablemente se convertirían en hordas de caníbales. Sin embargo la pornografía, no hay estudios científicos concluyentes, podría ser un detonador de la violencia de género o las violaciones, por lo obvio: la mayoría del porno recrea situaciones en las que las mujeres son socavadas. Lo que sí es verífico es que la cantidad de pornografía violenta y hardcore se multiplica, aunque también las opciones de porno más "sano".

Me extraña que una industria tan próspera no cambie el modelo de narrativa.

Los mitos del porno de los cuales hemos hablado muchas veces derivan en consecuencias que pueden ser ridículas: el año pasado en España se publicó que existen adolescentes que toman viagra para conseguir erecciones duraderas para lograr coitos largos. Esas criaturas no saben aún ni cuánto aguantan, ni la naturaleza del poder de sus erecciones, ni tampoco que no es necesario que realicen una fricción tan larga. Simplemente un batillo de 15 años que ignora por completo los poderes de su pene, ni siquiera alcanza a imaginar que con toda la testosterona radiactiva puede durar horas duro. Si la educación en la sexualidad alcanzara a llevar agua a esos tinacos, sabrían que ni es necesario un coito largo, ni un ayudante sexual, ni tampoco usar el pene como un actor porno, porque es lo que hace: actuar.

Otro enorme problema adolescente con el porno, es que orilla a las morras a una sumisión ridícula y a prácticas que las humillan o avergüenzan, que ejecutan por cumplir o porque están enamoradas. Son obligadas a realizar felaciones porque no les queda de otra o porque saben que...

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