Ivaginaria / ¿Dónde quedó el cortejo?

Espero muy lejos de aquí, querido público, porque toda esa simulación mamila de rondar a alguien y pretender conocerse en el cortejo, que tanto lloriquean su ausencia las actrices Brigitte Bardot y Catherine Deneuve defendiendo a los hombres acosadores, no sólo ya no existe en su forma más pura, sino que ha derivado en un absurdo de demostrarle a todo mundo que se cortejan, que andan, que cortan, que están quedando... Por eso todo se estrella de inmediato. También nos enteramos rápido por las redes, es lo mejor.

El cortejo es su forma pura y literal, es la persecución de un señor cariñoso en una corte, hacia una dama soñada e idealizada, realizando una continua loa a la belleza femenina, ferviente y deseoso. El tipo se desgasta por años llevándole serenata a la mujer de sus sueños, pero prestación no sucederá, porque en esencia el cortejo en su forma orgánica original, es sólo un calentamiento de cojones y de ovarios excesivo, que sucedía mientras milores estaban fuera cazando infieles...

El cortejo evolucionó desde entonces hacia formas más bizarras. Aunque, en teoría, los que cortejaban a las señoras en los tiempos de Leonor de Aquitania, imitaban el apareamiento de muchas especies de animales, realizando un ritual para atrapar a la hembra, el cortejo medieval era de una aburrición absoluta porque después de tanto coloreo, música, poesía, tapetes bordados con la novela gráfica del posible romance, los enamorados jamás se ayuntaban. Al menos en el caso de los queridos animales, hacen su lucha y en algún momento se aparean, es decir, tienen coito con la hembra de su especie. Aunque hay algunas animalas, y esto es verífico, que pueden fingirse muertas para no aparearse con el macho que no le gusta o que ya ha insistido mucho. Las libélulas prefieren irse al piso y fingir que han muerto, en particular si ya están fertilizados sus huevos, ya que otra inseminación sí podría matar a este hermosa insecto.

Entonces la primera revolución del cortejo entre los seres fue romper el encanto: quienes cortejaban y quienes se dejaban cortejar, debían de llegar a un momento en el que había cesión: el cortejante y la cortejada (ahora pueden ser gays o lesbianas, que tan bien copypastean...

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