Ivaginaria / Sex-web-ash...

Del morbo y todos sus compadres están habitadas nuestras perversiones.

El internet, la web o estar en línea, se han constituido como elementos de nuestra cotidianeidad para los que aún no hemos diseñado códigos o protocolos de conducta, y mucho menos, un arbitraje de sus funciones.

Hagan de cuenta que, en un sentido muy exagerado, internet es una mega orgía después de una foto de Spencer Tunick. Ahí todos contra todos, sin límite de tiempo y a un número bastante cuestionable de caídas.

Es por ello que, quien quiera pecar: hágalo, pero considero que rifar la genitalia en internet conlleva una serie de precauciones de debemos tomar.

Primero: no emitas información en línea que luego se pueda usar en tu contra. Bajo este principio se rigen casi todos los demás. Es inconcebible que, urbi et orbi, la gente sepa nuestra talla de ropa, dónde vivimos, nuestros teléfonos privados y hasta si nos gusta usar condones texturizados (son lo máximo...) A mi no me interesa que quieran publicar el nombre de su mascota, pero tarde o temprano y casi con seguridad, esa promoción de datos se volverá tu pesadilla.

Segundo: si es delicado postear tu información privada, más tremendo es publicar tus partes privadas. Por mí, regálalas en la estación Pantitlán en hora pico, pero el problema es que en internet todo es robable. Al rato tus nalgarinas, la genitalia, los pechos que tanta lana te costaron y ese pene que tanto batallaste para que se pusiera tieso para la foto, estarán circulando en la red de redes.

Y lo peor, quien sea puede agarrar tu pudenda, rolarla, escanearla, imprimirla, rifarla, ponérsela de sombrero y pasarla en función de media noche si es video.

A menos que tus genitales estén en venta, renta o comodato, no le veo mucho caso encuerarse en la red: sólo que quieras vivir de eso, lo cual es bastante rentable.

No por nada, las personas que gustan de mostrarse desnudos o manteniendo fornicio, están minando de una forma escandalosa la industria de la pornografía.

Esa actividad, me temo, tendrá una caída estrepitosa ante tant@ espontáneo que gusta de mostrar las amígdalas por la puerta de servicio.

Tercero: éste te relaciona estrictamente con los nexos que un@ entabla a través de internet. A mí no me queda claro quién es el 98 por ciento de la gente que tengo en mi Facebook. No le he visto la cara ni ninguna cosa a un 20 por ciento de mis contactos en messenger. Incluso hago relaciones de trabajo y de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR