Ivaginaria / Sexo en la ciudad... sin sexo

La serie "Sexo en la ciudad" ciertamente es influencia certera para muchas ñoras dosmileras: nada más refrescante que ver a cuatro mujeres solteras en Nueva York ejerciendo papeles sacados directamente de la lotería de los roles de género: teníamos a la puta, claro, a la más cachonda de las personajas, en Samantha, personificada por Kim Catrall. A la esposa contra todo pronóstico, en Charlotte, por Kristin Davis. A la mujer intelectual y poderosa, en Miranda, por Cynthia Nixon. Y a la columnista "liberal", Carrie Bradshaw, por Sarah Jessica Parker que más bien era una güerita de rancho que soñaba con usar zapatos caros, ciertamente una de sus mayores metas en la vida, junto con la de casarse con el más grandilocuente y sonoro barbaján de la comarca.

Era lo que había. Era el sexo al alcance de todas de una manera amigable y accesible: morras chacoteando sobre el fornicio. Desde ese entonces mucho ha cambiado la visión sobre el sexo, su significación y performatividad. Ahora vemos producciones en habla inglesa como "Fleabag" que pueden ser escatológicas y realistas, como cuando la protagonista se masturba viendo un discurso de Barack Obama. Es algo que a cualquiera le puede pasar...

Ahora este año se estrenará "Just like that" que es la continuación de "Sex and the City" en el cual se explora la vida de tres de sus personajas, porque una cuarta no quiso salir en este serial de 10 capítulos que será transmitido por HBO Max. Sólo salen Carrie, Miranda y Charlotte. Samantha, no. Lo cual es un rotundo sinsentido del universo. Le quitan todo el "sexo" a "en la ciudad". Tras pelearse paletosamente en las redes y en público desde hace años, las actrices que hacen a Samantha y Carrie han tomado distancia por el bien de este jale.

No estoy diciendo que sea el mejor personaje, pero sí el que más actividad sexual tiene y que en muchas formas encarna el verdadero espíritu liberal de vivir el ser sexual a voluntad e incluso bajo la crítica de los hombres. Además era la única congruente: le gustaba el fornicio y su actuación en ocasiones parecía que sí le encantaba el apalancamiento. En otras parecía una loca que forniciaba sólo cuando le explotaba la tacha, pero es entendible también.

Aunque sea una continuación de...

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