Ivaginaria / Sexólog@s del mundo

¿Qué creen que me la he pasado haciendo todo este tiempo? Conociendo y reconociendo gente en la sede mundial de la sexología en CDMX en el World Trade Center, con un montón de sexólogos y sexólogas. Y lo mejor, es que me di cuenta de que nuestro país no está tan perjudicado en cuanto a la educación integral de la sexualidad. Todos los profesionales de la sexología con quienes me he encontrado, de otros países, sólo me demuestran una cosa: el mundo necesita saber más en dónde se encuentran sus hoyos básicos. Y de lo demás ya ni les digo.

Lo que sí, es que el nivel de conocimiento de cada región del mundo es distinto, porque mientras un@ se devana el culo con lo políticamente correcto, en otros sitios simplemente se ignora este punto, o se lleva a otros niveles. Por ejemplo, mientras la banda de Islandia presume que no existe el trabajo sexual, porque ellos penalizan el consumo de este servicio, en otros países que no nombraré, siguen llamando a este oficio como "prostitución". ¿Qué tiene de horrible que uno le llama prostitución y otro le diga trabajo sexual? Pues que nos refiera a un estigma de una esclavitud machista.

La educación integral en la sexualidad en otras regiones del mundo se encuentra en las escuelas libre y soberana, porque sus sistemas de gobierno son muy efectivos y han optado por cuidar a sus ciudadan@s en su salud total. En los países de América, desde Estados Unidos hasta la punta del cono sur, conocer del sexo y sexualidad no son temas fáciles, por varios factores.

No tienen materiales educativos de la sexualidad, como los compañeros de Perú, quienes deben importar libros, juguetes, penes entrenadores, vulvas y vaginas entrenadoras, muñecas que enseñan el proceso del parto, entre otros objetos que pueden ayudarnos a comprender los procesos. Con estas cositas sexológicas, la gente aprende a poner condones femeninos, masculinos y ayudan en el conocimiento del cuerpo, en particular de los órganos sexuales pélvicos externos e internos.

Otra de las cosas de las que me enteré en la chisma conversando con mis colegas sexólog@s de otras partes del planeta, es que, aunque gocen en plenitud de sus derechos sexuales y reproductivos, otorgados por su país y sus legislador@s, la banda no está capacitada o educada...

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