Ivaginaria / Sexualidad humana bizarra

Hemos de empezar con una advertencia: nada de lo que suceda en la vida sexual de las personas es algo extraño, ni mucho menos, de otro mundo. Si nos diéramos de todo y sin medida, seguramente seríamos una sociedad más balanceada, porque hay tanta felicidad en las relaciones sexuales, que creo que sería difícil desear más. Por ello cuando en mis talleres hablamos de costumbres sexuales "raras", primero debiésemos ver cuántos cadáveres esconde la gente en sus clósets.

La ingesta de semen, por ejemplo, es una tradición milenaria bajo la que se educan los varones menores de ciertos pueblos. Nueva Guinea, la cultura griega antigua, árabe, romana, poseían una relación muy especial con sus eyaculaciones. Las expresiones seminales servían de bautizo de leche para los muchachos adolescentes, y era un ritual extendido, respetado y una convención social. No era raro, tampoco extravagante, sino una forma más de interpretar la sexualidad. No le hacían caritas a la malteada, porque no sólo significaba semen, sino la preservación del linaje, del rol del hombre como inseminador en el momento que le toque serlo y esas cosas que importan tanto en la reproductividad y masculinidades.

También es un poco extremo el asunto de la virginidad femenina, porque prácticamente inhabilita al cuerpo para gozar. Además que es absurdo que una mujer no gobierne su cuerpo para y por ella misma. El tan sobado derecho de pernada en los tiempos de los feudos, ha sido el ejemplo más contundente. El amo se echa a la esposa antes que el esposo. La virginidad más allá del coito, es un estado "ideal" porque es el previo a la reproductividad y a la gestación. Es decir, las mujeres valen porque son hornos de producir humanos. Sin embargo la idea de la virginidad, tras nuestro sobaqueo con la religión católica, es una burla total. Antes del coito quienes cuidan de su virginidad vaginal, ya han acudido al culo, a los orales, al faje multitudinario, por lo que ser virgen es anticuado y mamila. Si se sabe administrar bien la sexualidad, se disfruta más.

El sexo con animales es una de las prácticas sexuales más transgresoras, igual que la pederastia que es un crimen. La zoofilia, ayuntarse con un animal en onda sexual, es legal en algunos países siempre y cuando sea un animal...

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