Ivaginaria / Sexualidad inca y moche: eran libres

Una compa me platicaba de unos huacos, que son cerámicas precolombinas incas que recrean una escena de la cotidianeidad, en este caso, acciones sexuales, de una de sus clases de antropología y de ahí pasamos a hablar de cómo forniciaban antes, de lo que disfrutaban, de lo mucho que les importaba el sexo a la banda andina.

La sexualidad de los pueblos americanos antes de la conquista y la colonia era una demostración de libertad, de goce, de autonomía y gobierno del propio cuerpo con una noción muy aterrizada sobre el placer y las relaciones erótico afectivas o simplemente, de las alianzas entre dos personas. No crean que existía el romance o la posesividad. Toda la basura romántica llegó después y aquí estamos...

La noción del ser sexual en las culturas inca o moche, por ejemplo, situadas en zonas altas y sinuosas de Perú, es de costumbres liberales, según la visión de ahora, respecto a la vivencia de su ser sexual y de su sexualidad. Lo femenino y lo masculino son conceptos que se complementan como una fuerza motora de la naturaleza, a la vez que se honra a la fecundidad de la naturaleza y se le exalta.

Por eso todas las estatuillas que ahora se exhiben con el fonrniciadero inca y moche, son un lugar común de esas culturas ancestrales, que demuestran que no sólo cogían bien sabroso, sino que su noción de educación integral de la sexualidad, era muy concisa. Existían personas, digamos entrenador@s, que guiaban a las personas más jóvenes en el empoderamiento de su sexualidad, como lo puede ser por ejemplo, masturbarse.

Y entendemos a l@s incas y moches como personas que ejercían su derecho al placer, porque en las escenas de sus representaciones cotidianas, no sólo había personajes en posiciones de ensartamiento, es decir, que están realizando un coito. Observamos a banda que está haciendo sexo oral o cualquiera otra práctica sexual, que de seguro les cayó fatal a los mamilas monjes españoles que no admitían muchas posiciones y menos las que no favorecían la reproductividad. Eso era lo que presumían nuestros ancestros precolombinos, querido público, no eran apretad@s. No andaban haciéndole caritas a lo sabroso; si había que bajarse, se hacía y no se andaban santiguando ante cada pulsión de querer mamar como pasaba con los europeos que vinieron...

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