Iván Duque, a la sombra de Uribe

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- Hasta hace cinco meses, el candidato presidencial del derechista partido Centro Democrático (CD), Iván Duque, a quien todos los sondeos ubicaban como favorito para ganar las elecciones de este domingo 17 en Colombia, era un senador poco conocido y con escasa experiencia política. Tenía apenas cuatro años en esa actividad.

Pero bastó que el fundador y líder del CD, el exmandatario Álvaro Uribe, lo perfilara como la mejor opción presidencial de ese partido para que su nombre fuera tomado en cuenta por millones de colombianos que estaban esperando que el dirigente político diera línea.

En marzo, después de una consulta interna de una coalición de derecha que lo eligió como su abanderado presidencial, Duque ya figuraba como el candidato favorito. En la encuesta Invamer, que en enero le había atribuido 9.2% de las preferencias, ya aparecía con 45.9% de respaldo; el pasado 27 de mayo encabezó la primera vuelta de los comicios presidenciales con 14 puntos de ventaja sobre el candidato izquierdista, Gustavo Petro.

Aunque la votación no le alcanzó para quedarse con la Presidencia en esa primera ronda (necesitaba la mitad más uno de los votos y obtuvo 39%), todas las encuestas preelectorales lo daban como el ganador en la segunda vuelta de este domingo 17.

"Ese salto político de Duque sólo fue posible por Uribe, a quien le debe todo", dice el director del Instituto de Estudios Políticos e Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia, Fabio López de la Roche.

Para el catedrático "es claro que, sin el impulso de Uribe, Duque no estaría donde está; pero el expresidente no sólo es una fortaleza para él, sino también una debilidad".

Y es que Uribe es, por una parte, un político de enorme popularidad en Colombia. Según la firma Gallup tiene una aceptación de 51%, y en las elecciones legislativas de marzo pasado fue reelegido como senador con 866 mil votos, una cifra sin precedente para un cargo en el Congreso.

En contraste, el exmandatario -quien durante sus dos gobiernos (2002-2010) hizo de la lucha contra las entonces guerrilleras FARC una causa misional- tiene un rechazo de 44%, de acuerdo con Gallup, y enfrenta 28 procesos penales en la Corte Suprema de Justicia y 70 acusaciones activas en el Congreso por delitos que incluyen homicidio, alianzas con grupos paramilitares, manipulación de testigos y masacres.

"Uribe es un político que polariza, que divide, que tiene un gran apoyo, un gran rechazo y un amplio prontuario de acusaciones gravísimas. Todo eso lo tiene que cargar Duque", señala López de la Roche.

Duque, sin embargo, asume a Uribe como una de las...

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