Jaque al rey

AutorLuis Barjau

Ya circula una carta en las vehementes redes, no firmada, que divulga el "grupo Reforma," pero que sólo dice que el presidente de México pidió al rey de España "el reconocimiento de los agravios causados y [que] redacten un relato compartido, público y socializado de su historia común", etcétera, a propósito del recuerdo, que no conmemoración, de 500 años del arribo de Cortés a Cozumel y del próximo 2021, en que se cumplen también los 500 de la caída de México-Tenochtitlan.

Tema realmente delicado, por las pasiones que puede desatar. Pero no parece pretexto para que el majadero escritor Arturo Pérez Reverte o el "lambón" de su colega Mario Vargas Llosa se pronuncien con tanto desenfado.

El anti-gachupinismo mexicano duró bastante después de la Independencia de 1810. Fue una especie de constante idiosincrásica de ciertos sectores mexicanos, pero que lentamente se disolvió. Ahora lo reviven los propios españoles y algunos colados.

Destruir una civilización milenaria sí es causa de un remordimiento que al menos merece una protocolaria disculpa. Independientemente de cuáles hayan sido las argucias y peripecias y coyunturas en que ocurrió tal catástrofe. Independientemente de que aquello haya ocurrido hace cinco siglos y de que la historia sea irreversible. E independientemente de que el tesoro descubierto por los españoles no haya quedado precisamente en sus manos.

Ahora es simple lo que se trata: los mexicanos no queremos conmemorar aquellos hechos que solo recordamos; los españoles, desde luego, no tienen derecho a festejar nada y lo que les conviene es el olvido. No del "descubrimiento" de América: sólo de las matanzas perpetradas.

Es cierto que la Conquista no la hizo la monarquía española, sino los mil 500 hombres de Hernán (contando más o menos a los mil de Pánfilo de Narváez, que al ver vencido a su jefe por Cortés, se unieron a él), ¡y más los 100 mil guerreros que se le unieron para derribar a su tirano: el mexi-ca! Una coyuntura prodigiosa. Un tema que las ciencias sociales han visto con cierta indiferencia.

No obstante esta verdad, se difundió con presuntuosa insistencia: "Un puñado de 500 españoles venció a un imperio". ¿Cómo se creó esa frase?

De la misma manera en que se difundió por el mundo que los indios americanos le sacaban el corazón diariamente a millares de víctimas; comían carne humana; eran sométicos y malos; cobardes; de poca fe e inconstantes, idólatras y poseídos durante siglos por Satanás.

Hay verdades y no todas las...

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