Jessica y "Sax", un amor eterno

AutorRoberto Ponce

Una de las virtudes que en pandemia ha desarrollado Jessica Franco Landero, sobre todo a raíz de las dolencias que llevaron la madrugada del domingo 14 a la desaparición física de su compañero, el músico potosino Eulalio Sax Cervantes Galarza, es tener paciencia.

"¡No, si yo no sólo lo amaba, yo lo idolatraba, es el amor más grande que he tenido! Sax era y es mi mundo", sostendrá con voz en cuello a Proceso Jezz -como cuates cercanos le dicen de cariño- al recordar su amor por Sax (quien, a su vez, solía afirmar que gracias a la música conoció el amor, tanto a ella y por sus hijos Natasha Sax y Andry Sax).

Tiempos aciagos

La sacan de quicio aquellos periodistas que le hablan para preguntarle tonterías después del conmovedor velorio el lunes 15 de marzo. O sobre sus otrora hermanos musicales de aventura cuando grabaron El circo, los distantes.

Ahí, en la Gayosso Sullivan, junto al sombrero y saco rojos del artista flotando con dos imágenes en concierto y un Cristo sobre los ramilletes de rosas blancas, margaritas y la urna, ella contuvo lo mejor que pudo la ira cuando su hijo menor de 15 años de edad descubrió a algunos advenedizos transmitiendo en vivo. Ángel guardián del multi-instrumentista potosino, Jezz mandó parar aquello antes de que, al son de un mariachi, armaran la romería:

"A ver, a ver, por favor... ¡Esto no es ningún pinche concierto pa'que se estén tomando selfies! Carnales, se los repito: por favor, si van a seguir sacando fotos evítenme la pena de decirles que se pasen a retirar."

Por ello, al responder la llamada del reportero, el miércoles por la tarde, suena reticente aunque acepta hablar "pero a las 10 de la noche, luego de que llegue a nuestra casa en Cuautitlán Izcalli"; explica que va manejando su automóvil en pos de arreglar montones de asuntos pendientes, acumulados tras padecer Sax una caída y operarse hace dos años ("su situación se agravó y no teníamos lana, fueron 700 mil pesos"). Apenas comenzó 2021, no faltaron quienes lo "zopilotearon" en redes. A las 10, Jezz casi se arrepiente:

Estoy hasta la madre, no he dormido, no sé... Le pedí al (periodista) Chava Rock que arregle un carrusel de entrevistas, luego haré anuncios importantes, sólo necesito el apoyo de mi familia porque no quiero flaquear.

Pero ella es una guerrera y destila su luto vía telefónica:

"Acabo de descubrir a un güey en Face-book vendiendo por 400 pesos un pinche monito del Sax, dizque para homenajearlo. Le hablé para fingir que yo quería...

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