Nosotros los jotos / Condones sobre ruedas

Al tiempo que vuelan plumas de su festivo tocado, Yolanda la del Río va repartiendo condones. Sonríe coqueta, abriendo los labios pintados de azul, a un joven que encontramos por la calle, cuya camiseta sin mangas deja ver sus mamadísimos brazos tatuados.

Es un luchador y va con su novia. La pareja se hace la remolona para acepar los paquetitos, no por pena sino por pene: "Es que lo tiene muy grande", le susurra la chica a Yolanda, que luego me lo cuenta y yo nomás pienso "¡Pero el látex se expande bastante, mujer bendecida con abundancia!".

Seguimos caminando hasta la tortillería que, junto a una imagen de la Guadalupana en la fachada, anuncia "Se hacen tortillas de todos los tamaños" (luego les paso la dirección, amigas lenchas). Ahí la drag queen entrega con mucha gracia sus condones a una clienta y a los encargados de surtir esos pedidos de masita.

A continuación vamos con los galanes de la tienda. Yolandita les grita que salgan para hacer una foto. Uno a uno, los dos dependientes y el cachondísimo dueño van dejando el mostrador para recibir su dotación sabor naranja y posar rodeando al plumífero personaje.

-¡Qué guapos tus vecinos, cariño! -le digo a Yolanda tras despedirnos de los muchachones.

-Y uno tiene un pitote...

-¡Qué bárbara, ya te los echaste!

-Oooh, es lo bueno de ser el joto del barrio.

El barrio es la colonia Guerrero, cerca de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, cerrada y visiblemente jodida por el sismo de 2017. Apolonio, Pol, Gómez, hechizado como Yolanda la del Río me había recibido en un coqueto café regenteado por su amigo Marco Antonio Galicia.

Con el nombre de Penélope, Marco Antonio fue otra de las condoneras, esos voluntarios que se draguean como divertida estrategia para repartir a diestra y siniestra los forritos que evitan embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.

Estacionado frente al café y bajo la sombra de un árbol está el motivo de la entrevista con Pol: el nuevo Condomóvil, una camioneta Caddy 2017, que a los 27 mil kilómetros con los que fue adquirida se le sumarán miles con los recorridos que hará llevando a las condoneras por el país e incluso el sur del continente.

En la cubierta de vinil que distingue al vehículo se aclara que es un "Módulo rodante de información sobre salud sexual y reproductiva y detección temprana de VIH". En uno de sus costados es invitante: "¡Ven, hazte la prueba!" Y en la cajuela luce una excitativa alburera que me encanta: "¡Métetelo en la cabeza!"

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