Nosotros los jotos / Coral, la estrella

Si estaba Coral Bonelli, nadie se quedaba sentado en una fiesta. Con su alegría, la actriz "obligaba" a todos los invitados a seguirla a la pista de baile y hasta les marcaba el paso.

A sus queridas sobrinas, como a otras muchas adolescentes, les puso las coreografías para sus pachangones de XV años, y también hizo lo propio con las hijas de ellas, sus sobrinas nietas. Para esas ocasiones siempre elegía un tema espectacular: La película Chicago, los éxitos de Michael Jackson, la corte francesa de los Luises...

No podía ser de otro modo tratándose de alguien que había formado parte del ballet de los hermanos Imperio, que acompañaba los variados números del teatro de revista en la buena época del Blanquita. Y que desde los 13 años se ofrecía a montarles el baile a sus vecinas quinceañeras, sin cobrarles.

"Solo pedía que me dejaran vestirme de mujer y ser el bufoncito de la fiesta", me contó Coral cuando la entrevisté para mi libro "Chulos y coquetones" (Ediciones B, 2015).

Una de las escenas memorables de "Quebranto" (2013), el documental ganador del Ariel, dirigido por Roberto Fiesco, sobre la vida de Coral y su madre, la actriz de reparto Lilia Ortega, es precisamente la del ensayo con una quinceañera y sus chambelanes.

Sendy Grisel Silva Vives, una de las sobrinas de Coral, me contaba el domingo que, cuando nació su hija Marifer, su tía vio que tenía los ojos como rasgados y sentenció: "Sus XV años serán de japonesita". Pero llegado el momento, la bailarina y coreógrafa solo pudo montar con la muchacha dos números para la fiesta, que tuvo lugar el 21 de julio del año pasado. La causa que le impidió incluso asistir al guateque fue que a principios del mes, debido a la diabetes que padeció por años, le amputaron el dedo medio del pie izquierdo.

Los recuerdos de juventud al lado de su tía me los contaban Sendy y sus hermanas Hilda Lourdes, Elisa Lilia y Verónica en la agencia funeraria donde tuvo lugar el sepelio de Coral Bonelli. Mi chula y coquetona murió a las 10:10 horas del sábado 4, con solo 56 años, en su domicilio de la colonia Centro, cerca de la Plaza Garibaldi.

En ese mismo departamento me recibió el primer día de junio de 2015, rodeada de su "museo", con las fotos y carteles de una vida artística colgadas en las paredes. Como el niño Pinolito, cuando era Fernando García Ortega, participó en importantes películas, por ejemplo: "Fe, esperanza y caridad" y "El callejón de los milagros", de Jorge Fons; "Los hijos de Sánchez" con...

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