Nosotros los jotos / Incesto en primera fila

En festiva persecución, Rogelio y Sergio salen del mar. Con 18 y 15 años, sus cuerpos bronceados están apenas cubiertos por ajustados trajes de baño que marcan sus atributos bendecidos por la naturaleza generosa.

Los muchachos se tiran en la arena de una playa de Acapulco; ríen, se pican las costillas, se manosean los brazos para comparar musculatura hasta que con un giro impetuoso Rogelio queda encima del menor, cara a cara, jadeando, y los dos advierten que el deseo les ha inflamado la carne...

En el departamento que comparten en San Francisco, California, Sergio le confiesa esta fantasía a su hermano mayor, Rogelio. La ha tenido por mucho tiempo, dice, y sólo ahora, cuando se cumple un aniversario más de la trágica muerte de sus padres, se aventura a revelársela.

-Y así los dos, tú me susurras al oído qué cosas cachondas me vas a hacer.

-¡Cállate, Sergio, eso es tabú! Estás tomado, mejor me voy a dormir.

-¿Me vas a dejar aquí alborotado? Vamos, antes jugábamos. Ven, siente mis nalgas. ¿No te parezco atractivo?

No se trata de un desahogo liberador sino de una perversa manipulación para encender en su único familiar ese deseo largamente acariciado de transgredir los límites del amor fraterno. O quizá sea una estrategia desesperada para que Rogelio, que vive con VIH y cansado de los medicamentos ha decidido dejarlos, se dé cuenta de lo necesitado de su compañía y cariño que está su "hermanito", quien con 37 años aún estudia la universidad, no se ha atrevido a ejercer su vocación de escritor y tampoco ha tenido éxito con los hombres.

El que sí ha tenido éxito es Rogelio, pero en la venta de sus pinturas porque en el terreno amoroso decidió no volver a buscar una relación, como si su condición de seropositivo fuera un castigo que le hubiera aniquilado el corazón. Así que ha tomado la decisión de suicidarse, como le dice Sergio, al dejar el tratamiento y permitir que el virus se multiplique en su cuerpo cansado y llegue incluso a perturbarle el cerebro...

Atestigüé esta historia, "Amor de hermanos", en la primera fila del foro del Centro Cultural de la Diversidad (Colima 267 esquina Insurgentes, colonia Roma). Era el día del estreno y me dio gusto encontrarme en ese espacio íntimo, provisto de unos 50 lugares, con jóvenes, familiares del equipo de producción y comadres...

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