Jóvenes Saboteando el Futuro

AutorDenise Dresser

Las irregularidades son múltiples y los cuestionamientos también. Así lo exhibe el informe de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que a partir de los datos disponibles pregunta: "¿Cuántos son, dónde están, qué hacen?". Y las respuestas evidencian lo que ocurre cuando un programa está mal diseñando y mal instrumentando; lo que pasa cuando las buenas intenciones no son acompañadas de las mejores prácticas en el ámbito de la política social. Para empezar, "Jóvenes Construyendo el Futuro" tiene un padrón inverosímil, poco creíble. Un padrón de becarios y Centros de Trabajo que creció a ritmo constante todos los días, sin importar fines de semana, días festivos o vacaciones, hasta que cerró. Un padrón en el que prácticamente se inscribió la misma proporción de hombres y mujeres, de niveles educativos y de edades. Y por ello, la información contenida ahí es estadísticamente improbable. Alguien está inventando.

Peor aún, es un padrón incompleto e inverificable. La base de datos publicada por la Secretaría del Trabajo sólo ofrece el nombre de los Centros de Trabajo -algunos se presentan con nombres propios como "María Cristina" o "Diputado Federal- sin Registro Federal de Causantes, razón social, dirección u otro tipo de información más allá del nombre genérico. Y la base de datos de los becarios no es pública; sólo se reporta un número inverificable de inscritos. No hay manera de saber si los Centros de Trabajo en realidad existen o si los beneficiarios del programa son jóvenes de carne y hueso o una invención burocrática. Cuando el estudio intentó revisar 82% de los casos en la Ciudad de México no fue posible encontrar información en más de la mitad de los casos. Del padrón reportado oficialmente de 6 mil 469 para la capital y de los 5 mil 439 revisados, sólo 413 Centros de Trabajo fueron empresas localizadas que ofrecieron información y tuvieron becarios. Los demás casos incluyen Centros de Trabajo sin ningún tipo de información o empresas no localizables o empresas que dijeron no estar en el programa o empresas que tuvieron becarios, pero ya no tienen. Evidentemente algo está mal; algo no funciona.

En los Centros de Trabajo que sí existen y proveyeron información se detectaron anomalías como la falta de pago o el despido de empleados y la sustitución con becarios o discordancias entre becarios registrados y becarios capacitándose o becarios utilizados para actividades que no aportan nuevas capacidades o becarios en actividades...

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