El juicio que hizo caer a un gobierno

AutorAlejandro Gutiérrez

MADRID.- España se debate entre la inestabilidad y la fragmentación política. El próximo 28 de abril se celebrarán elecciones generales anticipadas, las terceras desde 2015.

En los comicios de aquel año terminó la era de los dos partidos únicos, el Socialista Obrero Español (PSOE) y el Popular (PP), con la irrupción de Podemos y de Ciudadanos. Pero en las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre llegó al escenario Vox, xenófobo y de extrema derecha, al que Enric Juliana, director adjunto de La Vanguardia, llama la organización política "de Trump en España".

Con Vox llegó un discurso más crispado, de ataque y hasta militarista, que obligo a Pablo Casado, presidente del PP y líder de la oposición, a radicalizar su discurso. El viernes 15 el presidente Pedro Sánchez anunció que el 28 de abril se celebrarán las elecciones, tres días después que en el Tribunal Supremo (TS) inició el llamado "juicio más importante de la democracia española" contra 12 de los líderes catalanes promotores delprocés de independencia.

Este juicio fue un elemento más que se sumó a la ya de por sí compleja crisis de Cataluña, que impregnó el crispado ambiente que vive la política nacional.

El miércoles 13 una inusitada pinza de dos corrientes antagónicas en el Congreso de los Diputados tumbó el proyecto de presupuesto de Sánchez y dio prácticamente por terminado su mandato de apenas ocho meses y medio, luego de que el 1 de julio llegara al poder mediante la Moción de Censura que retiró de La Moncloa, sede del gobierno, al conservador Mariano Rajoy, abrumado por los casos de corrupción de su formación política.

Partidos antagónicos sumaron 191 votos para echar por tierra los llamados "presupuestos más sociales", porque reivindicaban mejoras en rubros afectados por la crisis económica. En un lado de la pinza votaron los diputados derechistas del PP y Ciudadanos, autodenominados "constitucionalis-tas", y por el otro, sus adversarios catalanes, los independentistas (ERC y PDeCAT), a los que aquellos tachan de "golpistas" o los que "quieren romper España". Los independentistas, por cierto, califican a la derecha de "franquista", "facha" y "reaccionaria".

Sin opciones para continuar esta legislatura y con el fracaso de no haber podido distender las cosas con Cataluña, Sánchez se enfrenta a una arriesgada apuesta en estas elecciones extraordinarias, porque las principales encuestas colocan al PSOE -su partido- como primera fuerza con más votos, pero sin la garantía de que pueda revalidar el gobierno.

Desde La Moncloa manejan una encuesta que arroja 101 escaños para el PSOE. Y sitúa al trío de derecha...

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