En el "juicio del siglo", omisiones y negligencia de la autoridad

AutorYetlaneci Alcaraz

BERLÍN.- Aquel 9 de septiembre de 2000 Enver Simsek comenzó a trabajar muy temprano. A las 08:30 horas ya había repartido tulipanes, crisantemos y dalias en la comunidad de Allersberg, a unos 25 kilómetros de Núremberg, en el sur de Alemania. Después se trasladó en su furgoneta blanca a la zona de Langwasser, en el sur de esa misma ciudad, para instalar su puesto de flores a la orilla de una carretera de la periferia.

Era sábado. El comerciante turco suplía a su empleado, quien normalmente era el encargado de atender el puesto de los Simsek cada fin de semana, pero que ahora estaba de vacaciones.

Alrededor de las 14:00 horas, cuando el hombre de 38 años aprovechaba la falta de clientes para atar algunos ramos, dos individuos -armados con revólveres- se acercaron hasta su puesto y, sin mediar palabra, le dispararon. Ocho tiros en cabeza, hombros, nuca y pecho acabaron con la vida del padre de familia. Los asesinos tuvieron todavía la sangre fría de fotografiar a su víctima, que yacía en el suelo bañado en sangre, y luego huyeron.

Hasta donde se sabe, éste fue el primero de los nueve crímenes de odio racial cometidos por Uwe Mundlos y Uwe Bohnhardt, integrantes del trío neona-zi autodenominado Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), que en octubre de 2011 saltaron a la fama luego de haberse suicidado en su casa rodante, tras cometer el último de sus atracos bancarios.

En su haber también se cuenta el asesinato de una policía alemana, 15 asaltos a bancos y dos atentados con bomba, que dejaron decenas de heridos. Todo entre 1997 y 2011, los 14 años que ellos dos y su cómplice, Beate Zs-chape, vivieron en la clandestinidad.

La historia de esta célula neonazi tuvo su punto final el pasado miércoles 11, cuando la Audiencia Territorial de Múnich condenó a cadena perpetua a Zschape, la única sobreviviente del trío, y a cuatro cómplices más, cuyas penas alcanzaron entre dos y medio y 10 años de prisión.

Durante poco más de cinco años el juicio acaparó la atención de la opinión pública y fue considerado por los medios locales como uno de los más importantes de la posguerra en Alemania, como los de Auschwitz y Núremberg o aquel contra la Fracción del Ejército Rojo.

El expediente del caso acumuló alrededor de 26 mil páginas, 600 testigos declararon, el proceso constó de 436 audiencias y tuvo un costo total de 26 millo-nes de euros, el más caro en la historia de la justicia alemana. Además, la televisión pública alemana y otros canales privados dedicaron toda la mañana del miércoles 11 . transmitir en vivo los pormenores de la última audiencia.

Sin embargo, el que es considerado el juicio del siglo no dejó...

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