Julio Scherer García. Un referente público de libertad

AutorJorge Sánchez Cordero

La crítica mordaz de Rulhière estuvo enfocada a los innombrables escritores cortesanos, quienes transitaban con facilidad del ridículo al patetismo en aras de complacer al soberano. Ante ello, rescató otra noción que hizo época, relativa a la dignidad de las personas de letras entendida en su sentido más lato.

El énfasis es necesario: ni ellas crearon la opinión pública ni ésta dio origen a los individuos letrados. Existía empero una clara simbiosis entre éstos y la opinión pública. Rulhière sostenía que los escritores e intelectuales debían escribir para instruir, más que para deleitar.

En el siglo de la Ilustración el pensamiento de Voltaire se estimó prometeico, ya que su reivindicación histórica, sociopolítica y filosófica se fundamentó en el postulado de la igualdad política; noción ésta que se consideró como un despojo a los estamentos del Antiguo Régimen. Con las disertaciones de Voltaire como base, era la razón ilustrada, coherente y universal la que podía confrontar al poder. Con ello la narrativa de la res pública se trasladó del púlpito y la realeza a la gente de letras, pero con una naturaleza laica.

Como una consecuencia de ello se inició el ritual de las visitas de los soberanos europeos a escritores e intelectuales como Denis Diderot (1713-1784), Jean le Rond D'Alembert (1717-1783) y Friedrich Melchior, Baron von Grimm (1723-1807), entre otros, primero en forma subrepticia, y después abiertamente y sin rubor, en la búsqueda de un anhelado y halagador elogio (Olivier Nora); ritual que, por cierto, permanece hasta nuestros días.

Al paso de los siglos, la opinión pública sería el germen de la voluntad popular; le correspondería al politólogo y jurista francés Georges Burdeau (1905-1988) distinguir en nuestro tiempo entre la voluntad popular y la opinión pública como una síntesis que se construye de la opinión de los individuos y de la voluntad popular (Jean Marie Denquin).

En su paso por el periódico Excélsior, don Julio rescató la tradición del Siglo de las Luces, continuada por Proceso, que se singularizó por diferenciarse del periodismo servil, recurrente en la segunda mitad del siglo XX y en el umbral del XXI.

Desde su atalaya el periodismo crítico mexicano se desplazó de la domesticidad a la igualdad política, lo que obtuvo a través de la independencia y la autonomía. Para ello hubo que abandonar la abyección y la apología obsequiosas.

En el caso de Scherer García, su oficio periodístico se expresaba con frecuencia de...

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