Juntos y solos

AutorMarta Lamas

Eso estudia Sherry Turkle, y su libro Alone Together sostiene que nos estamos metiendo en un verdadero problema, tanto en la manera de relacionarnos con los demás como en la forma de relacionarnos con nosotros mismos, sobre todo por lo que toca a nuestra capacidad de autorreflexión. Nos estamos habituando a una nueva forma de "estar juntos en solitario". La escritora señala que la gente quiere estar en todos los sitios al mismo tiempo. Quiere entrar y salir de todos los lugares, buscando el foco de su atención. Quiere ir a la reunión o la junta, pero sólo para poner atención a las partes que le interesan. Algunas personas creen que eso es bueno, pero así acaban evitando la relación humana con las demás perso-nas, aunque estén permanentemente conectadas entre sí.

Turkle ve que los jóvenes no se cansan de chatear, no sólo a distancia, sino también de cerca. ¿Qué significa esto? Un adolescente de 18 años que usa mensajes para casi todo le dijo: "Algún día, algún día, que ciertamente no será hoy, me gustaría aprender a tener una conversación". Cuando ella le preguntó: "¿Qué hay de malo en tener una conversación?". El chavo contestó: "Lo malo de tener una conversación es que sucede en tiempo real y no puedes controlar lo que vas a decir". Esa, concluye al respecto, es la clave del problema: enviar mensajes y correos nos permite "editarnos", o sea, podemos borrar y retocar lo que pensamos y presentarnos como queremos que nos vean.

Estar conectados a cachos, para ob-tener porciones de información, funciona para decir: "Estoy pensando en ti", o para decir: "Te quiero". Pero no funciona para conversar ni para aprender unos de otros. Para Turkle, no ser capaces de establecer una conversación cara a cara pone en riesgo nuestra capacidad de au-torreñexión y de comunicación. Por eso, según ella, los celulares están cambiando nuestras mentes y corazones. Estos dispositivos nos ofrecen tres gratificantes fantasías. La primera es que podemos poner la atención donde queremos tenerla; la segunda, que siempre seremos escuchados; y la tercera, que nunca estaremos solos. Esta última, que nunca estaremos solos, es clave para nuestro psiquismo. La tecnología nos ayuda a paliar la soledad. Sí, estamos solos, y desde las redes sociales se desarrollan tecnologías que dan la ilusión de compañía sin las exigencias de la amistad. Usamos la tecnología para sentirnos conectados, pero perdemos...

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