Justicia ya, riqueza para todos

AutorJohn M. Ackerman

En principio, a cada mexicano le debería tocar una parte igual de la riqueza nacional. De acuerdo con los mejores cálculos internacionales, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de México hoy equivale aproximadamente a 10 mil dólares, o 130 mil pesos mexicanos, por año. Es decir, el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos en el territorio nacional durante 12 meses alcanzaría para que todos y cada uno de los mexicanos, incluyendo niños y personas de la tercera edad, recibieran un salario de aproximadamente 11 mil pesos mensuales.

Si México fuera un país justo, una familia de cuatro personas ganaría 44 mil pesos al mes. Quienes hoy reciben menos de esta cantidad, independientemente de su actividad laboral, están siendo explotados injustamente y tienen pleno derecho de protestar y demandar su justa porción de la riqueza nacional. En cambio, quienes ganan más de esta suma tendrían que ofrecer argumentos de peso, aceptables para todos, si pretenden validar su posición de privilegio dentro de la economía nacional.

Un ejercicio similar tendría que hacerse no solamente con respecto a los ingresos nacionales, sino también con respecto a la riqueza nacional. Esto significaría repartir de manera equitativa todas las ganancias generadas en un año, y también la totalidad de bienes y servicios acumulados a lo largo de las últimas décadas y poseídos hoy por los mexicanos. Si bien es muy difícil encontrar cifras confiables con respecto a la concentración de la riqueza, las cantidades son sin duda mucho mayores, y su redistribución generaría condiciones de mejor bienestar para decenas de millones de mexicanos.

El artículo 123, fracción IX de la Constitución señala que todos los trabajadores del país tienen "derecho a una participación en las utilidades de las empresas". Si bien este derecho es violado con frecuencia por medio de una multitud de artimañas jurídicas y políticas, este texto constitucional expresa un avanzado y moderno concepto de la necesaria redistribución de las ganancias económicas. Esta lógica debería aplicarse no sólo a las utilidades "de las empresas", sino a todas las ganancias del país en su conjunto, ya que la riqueza nacional surge del trabajo y el esfuerzo de todos los...

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