Los juzgadores de Barraza, incapaces…

AutorRosario Manzanos

Los videos registran alrededor de 20 horas de juicio contenidas en 10 discos compactos. La imagen de cada video se divide en cuatro cuadros: uno para los tres jueces –Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez, Catalina Ochoa Contreras y Rafael Boudib Jurado–, otro para los testigos, uno más para el Ministerio Público y el último para la defensa.

De camisa blanca, el acusado Sergio Rafael Barraza aparece casi todo el tiempo con la mirada baja, sin moverse excepto cuando se come las uñas.

Marisela Escobedo –asesinada el 16 de diciembre frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua– se ve en tres ocasiones: una, sentada junto a uno de los representantes del Ministerio Público; otra cuando narra como testigo las circunstancias de la desaparición de su hija en agosto de 2009, y por último cuando se dicta la sentencia absolutoria y, en medio de un escándalo, grita y casi se desmaya para luego salir indignada de la sala.

Abulia institucional

Doctor en seguridad pública y privada por la Atlantic International University, Ernesto Mendieta se capacitó en seguridad pública y delincuencia organizada en Israel, Alemania, Francia, Italia y Estados Unidos, entre otros países. Una de sus especialidades es la kinésica, forma de comunicación que estudia el significado del movimiento corporal, los gestos, la mirada y el tacto.

Afirma:

“A través de lo que se ve durante el juicio es claro que hay una falta de planeación técnica y sistemática para la implementación de la reforma constitucional de seguridad y justicia. El juicio resulta una obvia muestra de falta de profesionalización del servicio de procuración e impartición de la justicia. Simplemente los jueces no se ven profesionales actuando bajo las condiciones de selección, evaluación, formación, seguimiento de protocolos e infraestructura que son fundamentales.”

Y algo que considera grave:

“La actitud de los tres jueces ante el desarrollo de las pruebas frente a ellos te hace percibir claramente que lo que está sucediendo en la sala les es absolutamente ajeno; no tienen ninguna reacción de contacto con los testigos, con el Ministerio Público ni con la defensa.

“No observan, no hacen contacto visual, aparentemente toman notas. El juez Rafael Boudib sólo volteó aproximadamente 2% (del tiempo) hacia el frente. Durante toda la comparecencia pasó el tiempo escribiendo en su laptop. Su única distracción era tomar agua o café.”

Como lo señala Mendieta, prácticamente durante todo el juicio Boudib estuvo atento a su...

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