Kenosha se pregunta por su futuro

AutorJulie Bosman /The New York Times

KENOSHA, WIS.- El reverendo Lawrence L. Kirby ha escuchado la frase recurrente de residentes de la ciudad de Kenosha que padecieron por los disturbios de las últimas dos semanas. "Necesitamos reconstruir nuestros negocios quemados", le dicen. "Necesitamos volver a la normalidad".

Ahí es donde interviene: "No volvamos anada".

Kenosha estalló en indignación y división durante días de tragedia, violencia y destrucción. Desde el 23 de agosto la ciudad fue escenario de un tiroteo policial que dejó paralizado a un hombre negro, Jacob Blake; emotivas marchas y varias noches de saqueos e incendios, más el asesinato de dos manifestantes en la calle. Y la primera semana de este mes se convirtió en un campo de batalla electoral muy disputado, ya que el presidente Donald Trump lo visitó, seguido por Joe Bi-den, el candidato presidencial demócrata. A medida que se levantó el toque de queda nocturno en Kenosha y se calmaron las protestas, la pregunta de qué sigue para esta ciudad ha revelado un abismo aún mayor entre los residentes.

¿Debería seguir los pasos de Ferguson, Misuri y Minneapolis después de sus propios periodos de disturbios, como han argumentado algunos en Kenosha, y considerar diversificar su lista de funcionarios electos, en su mayoría blancos, reexaminar políticas de larga data y aprobar medidas destinadas a reformar la policía?

¿O deberían ver las últimas dos semanas como una aberración terrible, eventos que algunos residentes describieron como disturbios causados principalmente por agitadores externos?

"No hemos tenido un gran evento como éste, algo en lo que realmente deberíamos tener una conversación sobre asuntos raciales", dijo Tim Thompkins, exoficial de acción afirmativa de Kenosha. "Es por eso que vamos a tener dificultades".

La muerte de George Floyd en Minneapolis, en mayo pasado, provocó algunas protestas en el centro de Kenosha por parte de activistas de Black Lives Matter durante todo el verano. Pero hasta ahora la ciudad no se ha enfrentado a un verdadero ajuste de cuentas racial. Eso puede deberse en parte a que es una comunidad pequeña, en su mayoría blanca. De sus 100 mil habitantes, 11% son negros, proporción que ha aumentado ligeramente en los últimos 30 años.

Las luchas de Kenosha durante la última generación se han centrado en reconstruir una economía tambaleante después de que la fabricación de automóviles desapareciera en su mayor parte a finales de los ochenta, eliminando 10% de la fuerza laboral de la ciudad.

Y...

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