¿Ladrón que roba a ladrón? El códice "Tonalámatl Aubin"

El caso fue mencionado por el doctor en derecho Lee Keun-Gwan, de la Universidad Nacional de Seúl, Corea, durante el Seminario. La globalización de la protección del legado cultural. La Convención de la UNESCO de 1970. Los nuevos desafíos, a propósito de la figura técnico-jurídica de "préstamo vitalicio" a revisarse cada tres años, que hubo que establecerse para que el conflicto de nueve años entre México y Francia pudiera tener una resolución.

Pierre Charasse, ministro consejero de la embajada de Francia en México en 1991 y también embajador en Pakistán, Uruguay y Perú, y exdiplomático en Guatemala, fue localizado por Proceso para conocer los intríngulis del suceso.

"Yo fui el responsable de entregar en las manos de Roberto García Molí, en ese entonces director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el códice. Estaba a cargo del asunto porque el embajador Alain Rouquierse encontraba fuera en esos momentos.

"Debo decirle que la solución fue técnica, más que jurídica, había que llegar a un acuerdo porque el asunto era una piedra en la cooperación internacional de los dos países. Incluso había una prohibición para que los mexicanos entraran a la Biblioteca Nacional de Francia.

"Se tuvo que resolver el problema de forma diplomática, más que jurídica. Si bien el códice representa a la cultura de México, había sido adquirido legalmente por su anterior dueño y había pasado portado un acuerdo para que pudiera ser aceptado en la Biblioteca Nacional de Francia como una donación de la viuda de su último coleccionista."

En la versión de la responsable de los códices en Francia, Castañeda del Valle se había hecho pasar por un investigador profesional del tema, había visitado varias veces el lugar y se había granjeado la confianza del personal de la biblioteca. En cierto momento decidió sustraer el manuscrito -fundamental en la adivinación sacerdotal-, lo escondió y con tranquilidad entregó las cajas que se le habían permitido ver, una de ellas vacía, recogió su credencial y huyó al extranjero. Era un viernes en la tarde. La responsable se dio cuenta días después del ultraje, y se notificó alalnterpol.

Según Charasse, Castañeda del Valle "intentó vender el códice en Nueva York, pero como la Interpol había emitido una denuncia no pudo hacerlo. De vuelta en Cancún esa corporación lo encontró en agosto de ese mismo año, Castañeda entregó el libro sagrado a la Procuraduría Federal de Justicia y se dispuso que quedaría resguardado en la bóveda de...

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