"Se lastimaban solos", dicen marinos

AutorGloria Leticia Díaz

Detrás del rechazo a la versión oficial sobre el destino final de los 43 normalistas de Ayotzinapa está la presunción de que la tortura fue uno de los métodos utilizados para "esclarecer" el caso que ha marcado al gobierno de Enrique Peña Nieto.

La sospecha no se basa sólo en los hematomas y ojos hinchados que muestran los acusados en videos y fotografías presentados por la Procuraduría General de la República (PGR), sino en evidencias asentadas en el expediente de la dependencia.

La noche del 27 de enero, horas después de que el procurador Jesús Murillo Karam encabezara una conferencia de prensa, padres de familia de los desaparecidos y sus abogados cuestionaron que la "verdad histórica" se soporte en declaraciones de delincuentes.

En un documento titulado Diez razones para no cerrar Ayotzinapa, los padres y abogados advierten que "la información dada a conocer por la procuraduría depende en exceso de declaraciones rendidas ante Ministerio Público que fácilmente pudieron ser coaccionadas, pues es de todos conocido que en México la tortura es recurrente".

El 28 de enero Amnistía Internacional (AI) dio a conocer una carta firmada por su directora para las Américas, Erika Guevara Rosas, dirigida a Murillo Karam, en la cual alertaba: la versión oficial de que en el basurero de Cocula se produjo un incendio que destruyó los restos de los 43 jóvenes "se sostiene sólo por declaraciones autoinculpatorias y con un mínimo de pruebas periciales".

Al recordar que AI ha documentado desde hace años decenas de casos de tortura en México, Guevara Rosas anunció que su organización tiene "conocimiento" de que algunos de los procesados por la desaparición de los normalistas "alegaron haber sido torturados durante la detención", por lo cual le pidió a Murillo Karam investigaciones al respecto.

El hombre que tropezó

En el expediente de la PGR revisado por Proceso hay ejemplos claros que apoyan las sospechas de familiares y organizaciones.

Uno de ellos es el de Raúl Núñez Salgado, El Camperra, quien, según los marinos David Ramírez Alcaraz y Carlos Gutiérrez Silva, fue detenido en Acapulco el 14 de octubre a las 21:30 horas y puesto a disposición del Ministerio Público a las 8:50 horas del día siguiente.

De acuerdo con el documento integrado en la averiguación previa PGR/SEIDO/ UEIDMS/816/20114, Núñez Salgado estaba dentro de una camioneta estacionada en una de las calles del puerto cuando fue detenido por posesión de enervantes durante un patrullaje.

Cuando los marinos le pidieron que descendiera del vehículo, "intentó darse a la fuga y en dicha acción tropezó al descender del vehículo, provocándose algunas lesiones en distintas partes del cuerpo".

Tras confirmar que no portaba armas y llevaba 970 pesos y siete dólares, el...

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