Lavinia Ekaterina, el pop femenino de la inconformidad

AutorRoberto Ponce

"Para mí el arte es un puente entre el ser humano y su alma. Escribo música para recordarle a cada persona lo valiosa que es y el derecho que tiene a buscar ser feliz", afirma telefónicamente a Proceso desde su ciudad natal.

Nacida el 7 de septiembre de 1988 y con sólo un disco CD en su haber (El vals roto) en torno a la equidad de género, Lavinia Ekaterina prepara una segunda grabación independiente (Nostalgia), perfilándose como una artista cuya alquimia creativa palpita ritmos de balada urbana y ternuras holísticas.

Deja cantar mi canción feliz para sacar tus lamentos, que nada cabe en el corazón cuando el dolor está dentro.

Semifinalistaen el Primer Concurso de la Canción Armando Manzanero con "Canción feliz" (https://www.youtube.com/watch?v=iH2HnswhiE8), en abril pasado, Lavinia Ekaterina cuenta:

"Todo lo que soy y llevo dentro se lo debo a mi mamá (Beatriz Marrufo), soy una compositora que habla principalmente de la equidad de género y sobre el papel que juega la mujer en la sociedad y el reconocimiento que se le debe dar a todas las mujeres trabajadoras."

Relata que su madre "nos sacó adelante ella solita tanto a mi hermana mayor (Beatriz Aurora Rangel Marrufo, su coreógrafa), como a mí". Su hermana dirige una academia de danza "que ella misma fundó, y mi madre y yo tenemos un despacho de consultoría y capacitación, el cual también ha apoyado muchísimo mi carrera como compositora". Estudió administración de empresas "para poder financiar mi proyecto musical como compositora, ya que no cuento con ningún mánager o disquera, ni beca, todo esto lo hago de forma independiente, es una forma también de poder solventar estos gastos".

-¿Cuándo pensó que sería artista?

-En el kínder me eligieron como solista para mi graduación. En ese momento, sobre el escenario y ante tantas personas, me di cuenta de que eso era lo que más me gustaba hacer. Canté "Las golondrinas"...

Ríe de buena gana.

Ese kínder contaba con un piano y fue su primer contacto con el instrumento, hoy su favorito y base de las composiciones que construye desde los diez años, cuando emprendió la búsqueda de sonidos propios con "Obertura" (https://www.youtube.com/ watch ?v=Tmo 7GrRaT18).

"Mi primera maestra de piano fue Lourdes Martínez, de Bellas Artes en la Universidad Autónoma de Chihuahua, y luego estuve con Marlene Krickhan, canadiense que me dio clases de manera particular. También Elsa Ochoa en Bellas Artes y luego en talleres del Conservatorio de Chihuahua."

Conciencia...

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