El libro del Presidente

AutorFabrizio Mejía Madrid

-México es un país curioso en el que su élite saca la riqueza y sus trabajadores la regresan.

Se refería, por supuesto, a la fuga de capitales y a las remesas de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos. Eran aquellos los tiempos en que el dogma neoliberal -abrir mercados, recortar impuestos a los ricos y desregular para invitar a la inversión- se volvió inquisitorial: no se podía hablar de "justicia social" ni "intervención del Estado" ni mucho menos de "socialismo" sin que se te adhirieran adjetivos contagiosos, como "pre-moderno" o "totalitario". Y es que, aunque hoy parezca raro, en torno a la caída del Muro de Berlín, hace exactamente 30 años, los medios y los expertos se las habían arreglado para sostener, sin prueba alguna, que libre mercado y democracia iban juntos. Se había terminado la historia y, por lo tanto, se insistía en un enriquecimiento de los más ricos que, al cabo de un tiempo, "derramaría" sus frutos a las clases subalternas. Por supuesto, los neoliberales no calcularon que la crisis de 2008 terminaría con mayor pobreza y desigualdad mundial, desmontada ya toda la red de seguridad social del Estado de Bienestar. Los pobres sin casa, obligados a emigrar, resonaron como una carcajada siniestra ante la "creación", ya no de ricos, sino de multimillonarios cada vez más exclusivos, extravagantes y depravados en su ambición. Si uno escucha al británico Jeremy Corbyn, al demócrata Ber-nie Sanders o lee a López Obrador, la idea es restaurar la influencia del Estado como la que inspiró a Roosevelt en 1944: buenos empleos, bien remunerados, servicios médicos de calidad, tanta educación como se necesite para triunfar, vivienda pagable, fondos de retiro dignos y un medio ambiente limpio.

En el libro del presidente de México, la despedida del neoliberalismo mexicano es, sobre todo, no de la economía como discurso prioritario o del mercado como dogma, sino de las complicidades entre élites políticas y económicas, la corrupción como distorsión, el abandono del Estado de una mayoría de mexicanos en beneficio de menos de 1%. Pero quizás lo más significativo es el propio título del libro. Durante mucho tiempo los neoliberales habían dicho que el desarrollo libre de la competencia era moral porque, tan eventual como invisiblemente, beneficiaría al "bien común". No fue cierto, la riqueza no se "derramó", sino que se concentró. Tomo tres datos que sustentan el fracaso del modelo neoliberal: el país creció en promedio 2% anual en 36 años...

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